Lección: Mateo 17:14-21 Texto: 1°Juan 5:4
INTRODUCCION
Vemos como se mueve el péndulo de las realidades, que cada día se
mezclan en nuestra propia vida, no sólo como cristianos, si no en los hechos del
mundo, las naciones (guerras y supuestos acuerdos “de paz”, como el de ayer entre
Israel y Hamás), nuestras familias (Momentos hermosos en la presencia del
Señor, como también librando hoy tremendas batallas cuando el enemigo engaña a
alguno de los nuestros), siendo estas, la verdad que nos toca vivir (Una
iglesia apóstata que se aparta de su objetivo central y los que desean hacer su
voluntad esperando su retorno con fe). Después de estar en el monte alto, en la
gloriosa transfiguración de Jesús, donde el evangelio queda claro en todos sus
aspectos (vida, muerte, resurrección y retorno del Mesías = Lo dicho por la Ley
y los profetas) ahora bajaremos al valle donde se vive una realidad en tremendo
contraste, entre la gloria de arriba y la vergüenza confusa de abajo. Arriba
está la luz, abajo las sombras. Pasaje también descrito en Mar. 9:14-29
y Luc.9:37-43ª.
DESARROLLO
v.14-17) No sólo la palabra de Dios nos muestra el
contraste entre lo divino y lo terreno, sino también una similitud en este
primer verso, donde después que el Padre Celestial reconoce a su Hijo en el
cual tiene complacencia, ahora otro padre trae a su hijo para ser liberado de
su enfermedad, mostrando el amor de un verdadero padre, quien se lanza a tierra
frente a Jesús, con un grito conmovedor, desesperado por la situación de
tormento que su hijo vivía. REFLEXION PRACTICA: Hoy en un mundo donde
los padres no tienen tiempo para sus hijos (escucharlos, verlos, atenderlos,
etc.), es necesario atender a estos versos. El pide misericordia al Señor, ya que
su hijo es lunático. La palabra que se usa en la transcripción griega es σεληνιάζομαι
seleniázomai voz media o pasiva de un derivado presunto de selenés,
sela, luna; estar alunado, i.e. loco:- lunático [Dicc.Strong.Esp].
El evangelista Marcos y Lucas nos dan más detalles de lo que sucede aquí. Este
padre en medio de una multitud se adelanta junto a su único hijo para hablarle
al Maestro lo que le pasaba (Mar.9:17-18, Luc.9:39-40), donde los otros nueve
discípulos que habían quedado abajo, seguro discutían con los Escribas, quienes
se burlaban de ellos por no haber podido sanar al jóven. Por eso el padre
expresa en el verso 16, que ellos no habían podido hacer nada. Analizando mejor
la descripción de los detalles que este hombre con reverencia y humildad indica a Jesús, podemos
decir que su hijo único es epiléptico. El pobre muchacho “lo pasaba mal”,
sufría grandemente: porque a menudo caía en el fuego o en el agua. Tenían que
vigilarlo todo el tiempo; aun así, repetidas veces ocurrían accidentes
terribles, que ponían en peligro su vida. Los síntomas de la epilepsia, espuma
en la boca, convulsiones, crujir de dientes, son detalles proporcionados por
los otros Evangelios (Mar. 9:18, 20,26; Luc.9:39). La condición era aun más
grave que esto, porque además de ser epiléptico, este muchacho también era
sordo y mudo (Mar. 9:25). Lo peor de todo que estas afecciones habían sido
producidas por “un espíritu”, concluyendo que el muchacho estaba endemoniado
(como declara finalmente Mateo en el siguiente verso).
La respuesta de Jesús frente a la
situación fue categórica diciéndoles que esa generación era incrédula (Gr.ápistos
= sin fe Cristiana, persona indigna de confianza, o cosa increíble, infiel, no es
creyente) y perversa (Gr.diastréfo
= distorsionar, malinterpretar o corromper -moralmente- pervertir, apartar,
trastornar). ¿Qué diría Jesús a esta generación de cristianos en este siglo
XXI, donde se viven muchas situaciones complejas, similares a la de este pasaje;
donde muchas veces no se tiene claridad espiritual de lo que realmente origina lo
que algunos viven ? La claridad, autoridad y amor de Jesús nos lleva a esta
última frase “Traédmelo acá”…Gloria a Dios, ya que solo si está Él presente
se puede enfrentar este tipo de enfermedades angustiantes, que son producidas
por demonio. Dios tenga misericordia de nosotros!. En el último verso de la
lección temenos la instrucción para esto.
v.18-21) “Y Jesús reprendió al demonio, que salió del
muchacho y desde ese mismo momento quedó sano”. En Mar. 9:20-27 se encuentra un
relato detallado de la furia del demonio al recibir la orden de salir del
muchacho, de la oración del padre que pide que se le dé más fe, del espasmo
final del muchacho, seguido por una relajación física y una quietud de aspecto
mortal, y del modo que Jesús le tomó la mano y lo levantó. Lucas 9:43 añade una
descripción del efecto de la cura en la multitud: “Y todos se admiraban de
la grandeza de Dios”. Ya se ha visto en capítulos anteriores de Mateo, esa autoridad
divina, sabiendo que aún Satanás debe obedecer al Señor (Luc.4:8; Mat.12:22; Mar.1:34; Luc.4:35; Hch.16:18,
19:13-15).
Luego estando ya en la casa (Mar.9:28), surge la pregunta natural de sus
discípulos ¿Por qué no pudimos nosotros expulsarlo? porque, como se mostró
anteriormente, los discípulos habían expulsado demonios con éxito, así que,
¿por qué este demonio no? Y como siempre la verdad de Jesús es muy práctica
para los suyos : “por vuestra poca fe”, dando la razón de esto :
si la “fe” fuere como un grano de mostaza (no aludiendo al porte de esta, si no
a las características de la semilla, como estudiamos), significa que nuestra fe
debe ser : indestructible (ni aún que la golpeen, la quemen o le hagan
algo físicamente , la semilla de mostaza se mantiene igual), no se mezcla
con ninguna otra verdad (no podemos hacer sahumerios, buscar machis, otras
personas, otras estrategias exorcistas, de otras religiones, donde se mezcla la
verdad con la mentira del diablo) y debe ir creciendo hasta llegar a lo
que debe ser (Si no crece, significa que no ha madurado, esta enferma la fe y
se estanca). No sólo un momento o acto de fe es suficiente en quienes siguen a
Jesús, sino su vida debe ser como esta semilla, así Dios moverá lo espiritual y
lo necesario, para que Él actúe. Amén. La versión Reina Valera 1909
tiene una mejor traducción en Heb.11:1 de
fe : “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan (el Mesías=Hashem
mismo), la demostración de las cosas que no se ven (Lo verdadero es lo
espiritual)” y que es lo que deberíamos estar mirando siempre, aunque
estemos enfrentando algo difícil terrenalmente, como en este pasaje. Leamos
2°Cor.4:18 nuevamente, nos ayudará a completar a donde debe apuntar ese grano. Esa
fe vincula a quien la posee con los recursos inagotables e infinitos del poder,
la sabiduría y el amor de Dios. Obra en armonía con la revelación de Dios en su
Palabra. En consecuencia, sus oraciones no son motivadas por deseos
pecaminosos, y no tienta a Dios. Por lo tanto, puede mover montañas. No tome
literal esa parte, sino seamos bíblicos en decir que ninguna tarea encomendada
por el Señor va a ser imposible de realizar cuando la persona que recibe el
mandato está y permanece en contacto confiado con Dios. Entonces ninguna carga
será demasiado pesada, que no se pueda soportar. “Para Dios todas las cosas son
posibles” (19:26). “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, como dice Pablo en
Fil.4:13.
Finalmente, sin que usted se admire de este estudio en el último verso 21 que hemos incluido, debemos decir lo siguiente : Las palabras “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”, que están en nuestra versión Reina Valera 1960, no aparecen en los manuscritos de mayor autoridad, y probablemente hayan sido tomadas de Marcos 9:29, por lo cual lo aceptaremos completamente. Sólo reforzaremos que la comunión personal en oración íntima y privada con el Señor, y la consagración con objetivos específicos realizando ayunos como estudiamos en capítulos anteriores, nos ayudarán a mantener nuestra fe y tendremos la condición espiritual para enfrentar incluso este tipo de situaciones. Una oración verdadera (en el espíritu y con el entendimiento) y un ayuno (Apartarnos de todo alimento -material y espiritual- que nos daña en nuestra santificación), son y serán las mejores sustancias para mantener nuestra fe como ese grano de mostaza, ya que la Palabra será vida en nosotros. ¿Cómo estamos orando, estamos realizando consagración objetiva en ayunos?. Dios sea con Su iglesia. Amén.
CONCLUSION
Desde el cielo, de la luz de la transfiguración a la realidad de la
tierra, la oscuridad donde el engañador trabaja con sus espíritus inmundos, haciendo
todo para destruir al hombre en todo lugar, hoy debemos meditar cómo estamos en
nuestra fe, con nuestra oración y consagración como cristianos. El apóstol Pablo
insta a la iglesia en Efesios 6:16 “Sobre todo,
tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del
maligno.”, ya que en el verso 12 nos dice nuestra real lucha. Si está Jesús en
medio de la Iglesia el enemigo debe huir y salir corriendo, por Su autoridad,
ya que como hemos analizado bíblicamente esto siempre será así. Cuando Jesús se
apartó al desierto por cuarenta días, el enemigo no lo dejó de atacar en
tentaciones, a los discípulos tampoco como leímos en las referencias de Hechos en esta lección, así que a nosotros en estos tiempos finales ¿Qué nos quedará? solo
estar en perfecta comunión con Él y obtener la victoria por Él. Amén.
APOYO ESTUDIO: IB MITEI