Lección: Mateo 17:22-27 Texto: 1°Timoteo 2:6
INTRODUCCION
La Obra que el Padre mandó que hiciera Jesús, es la que debe llevar a
cabo. Por esta razón cada pasaje va reforzando a sus discípulos en su fe, ya
que, como hemos visto, es lo más fluctuante en los que decimos seguir a Jesús.
Para que quede en la retina de ellos, lo que debe continuar y su hombre
interior pueda estar preparado en ellos, ahora anuncia su muerte y resurrección
nuevamente. Además de culminar el evangelista con una enseñanza muy práctica de
lo que se debía hacer con el pago de los impuestos del Templo y que representa.
Veamos estos versos.
DESARROLLO
v.22-23) Se nos dice que el segundo anuncio acerca de
los padecimientos venideros de Cristo fueron hechos mientras Jesús y los Doce
iban juntos por Galilea. Por esto también es claro que todavía continuaba el
ministerio del retiro, durante el cual Jesús pasó mucho tiempo alejado de la
gente y con sus discípulos, instruyéndolos: ellos, Jesús y los Doce, iban
juntos, por eso, no en público; o como lo expresa el pasaje paralelo, Mar.
9:30: “no quería que nadie lo supiese”.
Este segundo anuncio añade ciertos detalles al que se encuentra en Mat.
16:21:
a. Aquí (En contraste con 16:21) el
énfasis no está en la necesidad, sino en la certeza de la pasión venidera de
Cristo.
b. La humillación a que la amarga
experiencia inminente someterá a Jesús recibe aquí su énfasis: el que es el
glorioso Hijo del hombre (Mat.8:20) va a ser “entregado” en manos de los
hombres; el Excelso será dado o entregado de uno a otro, como si fuera una cosa
o un simple juguete. Será entregado en manos de las personas mencionadas en la
primera predicción: ancianos, sacerdotes y escribas: el Sanedrín, y por ellos a
Pilato. Nótese el contraste entre “Hijo del hombre y … hombres”, simples
“hombres”, vistos en su calidad de malos, corrompidos. Continúa: y ellos le
matarán. Nada iba a impedir que estos hombres malvados acabaran con su
enemigo.
Se refuerza y menciona la resurrección al tercer día en el v.23b. Como
antes, así también ahora los discípulos no saben qué hacer con esta predicción.
No entendían ni la necesidad, ni la certeza de la pasión, ni el anuncio de la
resurrección al tercer día. (Mar. 9:32a: “Pero ellos no entendían esta palabra”).
La reacción de ellos ante la segunda predicción, tomada en conjunto fue: Y
ellos se entristecieron profundamente. Como no sabían lo que quería decir
resucitar (Inversión del proceso), esta parte de la predicción no pudo
convertir su tristeza en gozo. Se entristecieron muchísimo. Además, como añade
Mar. 9:32: “Tenían miedo de preguntarle”. Luc. 9:45.
v.24-27) Jesús y los Doce habían estado ausentes de
Capernaum largo tiempo, viajando de lugar en lugar, alejados de las
muchedumbres judías, como se ha mostrado. Habían visitado los alrededores de
Tiro y Sidón y la región de Cesarea de Filipo. Tres de los discípulos habían
estado con Jesús en el monte de la transfiguración. Y aun después del descenso
de aquella cumbre, el grupo no había vuelto inmediatamente a Capernaum. Pero
ahora ellos estaban de regreso donde Jesús tenía su centro de operaciones y
donde también vivía Pedro. Entonces llegan los cobradores de impuestos. Aprenderemos
hoy que tipo de impuesto era este. Quizás usted pensó que era uno como el que se
paga en Chile cuando se compra algo, el I.V.A. Esto no es así, ya que no eran
los impuestos romanos, si no, tenía que ver con el dinero de redención,
el precio del rescate, “redención por su alma”, que todo israelita, de veinte
o más años, debía pagar por orden del Señor a Moisés, y que se usaba para
la mantención del templo (Éxo.30:12-14; 38:26; 2°Cró.24:6, 9). Esta equivalía a medio siclo, igual
en valor a la didracma o doble dracma. La dracma, moneda de plata
griega era de igual valor que el denario romano, era el salario promedio
diario de un obrero. En consecuencia la didracma era la suma que generalmente
ganaba por el trabajo de dos días. Ya que este impuesto del templo se pagaba en
moneda judía, los cambistas ganaban cobrando una pequeña suma por dar moneda
judía por extranjera. Ahora bien, era esta didracma o medio siclo que ni
Jesús ni Pedro habían pagado todavía, quizás debido a su ausencia de Capernaum.
Por esto los cobradores se acercan al líder del grupo, Pedro. ¿Por qué no
fueron directamente a Jesús? Quizás no quisieran causarle vergüenza al Maestro
y sabían que él por lo menos podría responder a la pregunta de ellos. Hablándole
a Pedro llaman a Jesús “vuestro maestro”, título merecido y reconocido
como tal por los Doce, y por muchos otros también (Mat. 8:19; 9:11). “¿No
paga vuestro maestro las dos dracmas?” No tenemos derecho de suponer que se
intentaba una crítica adversa. Probablemente estos cobradores de impuesto
sabían que Jesús y los fariseos discrepaban en muchas cuestiones tales como el
ayuno, la observancia del día de reposo, la manipulación de los alimentos con
manos que estaban ceremonialmente lavadas, etc. Probablemente los cobradores de
impuestos no distinguieron claramente, como Jesús, entre las cosas ordenadas en
la ley y las reglas humanas sobrepuestas a la ley. En consecuencia, podrían
haber pensado que por alguna u otra razón Jesús no pagaba la didracma, el medio
siclo.
v.25) Pedro no vacila ni un solo momento. Podría haber recordado lo que
Jesús decía acerca de la ley de Dios (Mat.5:17- 18). Además, podría haber
estado presente en otras ocasiones cuando el Señor pagó el impuesto. La
conversación entre Pedro y los cobradores de impuesto parece haber ocurrido en
la calle, luego el sigue su camino, con la intención de relatar su experiencia
a Jesús, y por lo tanto va a la casa donde éste se estaba quedando esta vez (Mat.9:28).
No estaba preparado para la sorpresa que recibió cuando Jesús mismo abre la
conversación y muestra que ya sabe todo lo que Pedro le iba a decir. Y
cuando (Pedro) entró en la casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te
parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran contribuciones
o impuestos, de sus hijos o de los extranjeros? Jesús se “adelantó” a
Pedro, el se anticipó. El apóstol recibió el mismo tipo de sorpresa que Cleofas
y su compañero, que iban a recibir en la noche de la resurrección (Luc.24:33-34).
En ese caso “los once …” fueron los que hablaron primero. En cuanto al
conocimiento penetrante de Cristo, Leamos Jn.1:47-48; 2:25; 21:17. Sal. 139; Heb.4:13. REFLEXION PRACTICA: ¿Acaso
Dios no sabrá la pregunta que tenemos en nuestra mente? Él lo sabe todo, ya que
Él examina el corazón de sus hijos en cada instante (Sal.44:21, 139:1).
Con esta
pregunta que analiza quienes deben pagarlos, el Señor quiere dejar claramente
establecido que, estrictamente hablando, él no está bajo obligación alguna de
pagar este impuesto. Los miembros de la familia real no son gravados, sino que
son mantenidos por los impuestos que otros pagan. Frecuentemente los reyes no
imponían tributos a sus propios ciudadanos, sino que recolectan tributos de las
naciones vencidas. Por eso en el v.26. Cuando respondió: De los extranjeros,
Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos. ¿No era Jesús el Hijo de
Dios por naturaleza? ¿No era el templo “la casa de su Padre” (Luc.2:49;Jn.2:16)?
En realidad, ¿no era él “más grande que el templo” (Mat.12:6)? Amén. Y además
¿Pedro? ¿No era hijo por adopción?. Pero como Dios es prudente y sabio, para no
ofenderlos, esto es no causar tropiezo a los demás, Él esta implícitamente
diciendo “no debemos hacer que otros tropiecen en pecado”. Después de todo, el
pago de este impuesto no era una regla puramente humana, sino una exigencia
divinamente instituida. Además, si ni él ni Pedro hubieran pagado este
impuesto, se lo habría interpretado como falta de interés en el templo y falta
de estimación por él; quizás aun como una irreverencia. No debía ocurrir eso.
Así que de los vastos recursos del Padre (Dueño de todo), Jesús va a tomar lo
necesario para pagar el impuesto del templo por sí mismo y por Pedro, desde el
lugar y forma gloriosa como todo lo que Él hacía y hace hasta hoy.
Simón debe ir al mar, pero ahora sin tener que echar la red, bastará un
anzuelo. El primer pez que aparezca tendrá un estatero = una moneda de cuatro
dracmas, en la boca (2 por cada uno). Esa moneda, equivalente a un siclo,
será exactamente suficiente para Jesús y Pedro. Ellos quedarán libres de la
deuda, es decir, aquello que el público en general podría considerar una deuda.
Gloria a Jesús, que siempre tiene la respuesta, el medio y hace todo lo
necesario para pagar nuestra deuda de redención. Que diferente es estudiar
estos versos uniéndolos con el anuncio de su muerte (expiatoria y redentora)
con algo práctico que los Israelitas hasta ese momento debían realizar.
CONCLUSION
Seguro siempre los milagros de
Jesús nos maravillan, pero en estos versos debemos resumir diciendo que en una lectura cuidadosa vemos con
respecto a Jesucristo, su conocimiento absoluto y penetrante de todas las cosas
(v.25a), su consciencia de ser hijo (v. 25b), su consideración por los demás que
son suyos (v. 27a), su autoridad sobre el mar y sus habitantes (v. 27b),
incluyendo la materia que el hombre ha creado, y su amor en expresado en generosidad
(v. 27c), para pagar todo lo que Dios estableció. Todo con la componente de no
hacer tropezar a los demás en el evangelio (Rom.14:21; 1°Cor.8:9; 1°Tes.5:22). En
otro estudio reforzaremos lo que es la Redención que Él obtendrá, y que ahora
nos evita pagar eso, ya que Él mismo es el Templo y nosotros lo estamos
formando con la ayuda de Su Espíritu a través de Su Palabra. Amén y Amén.
APOYO ESTUDIO: IB MITEI