ESTE ES MI HIJO AMADO

ESTE ES MI HIJO AMADO

Lección: Mateo 3:13-17 Texto: Salmos 40:8

INTRODUCCION

Ya preparado el camino en el desierto literal y espiritual, con la introducción del mensaje de esperanza, hace su aparición el que abriría y llenaría estanques con agua y de quien el Padre dirá “ESTE ES…”. Anteriormente Juan el bautista dijo que no era digno de llevar su calzado y que Él (Nuestro Mesías) bautizaría con el Espíritu de Dios y fuego. Aquí comienza el más grande ministerio que haya existido en la tierra, donde cada palabra que saldrá de su boca, será espíritu y vida.

 

DESARROLLO

v.13 > No es claro ni definido el rango de tiempo que Juan estuvo bautizando en el Jordán, pero siempre estaba cumpliendo su ministerio, se iba desplazando un poco de lugar, como nos describe Juan 1:28, que estando en Betábara (En Betania, más al norte, más allá del Jordán), al otro lado del Jordán, y al otro día (Juan 1:29), quizás en el momento más alto de su tarea profética, como la voz que clamaba en el desierto, cuando todos se iban a bautizar, (Lucas 3:21ª), en el pick de su ministerio, “ENTONCES VINO JESUS...” , aparece su primo, procedente de Nazareth de Galilea como estudiamos en otras lecciones. Claro que lo conocía físicamente y seguro que al verlo sucedió algo en Juan, hombre apartado , lleno del espíritu de Dios como nos enseña Lucas 1:15-17. Jesús aparece con un solo propósito en su mente “ser bautizado por Juan”.  Seguro con un gesto, una palabra o ambas cosas le dice a Juan que venía para ser bautizado por él. Allí comienza la complicación del profeta en su espíritu, corazón y mente, ya que es seguro que la más grande revelación le es dada. Consejo práctico para hoy: Un hijo de Dios que se aparta obedeciendo en todo, que es lleno del espíritu y cumple su ministerio sencillamente con pasión, será iluminado en los momentos que sea necesario, tendrá claro lo verdadero, el propósito de Jesús y lo que finalmente deberá hacer. Contrario a lo humano, carnal, terrenal y político en que el mundo se mueve. Dios lo inquietará para hacer siempre con temor lo correcto. Amén.

v.14   > Por lo anterior, Juan se le oponía, y le dijo que era necesario que sea al revés. Por revelación del espíritu en base a la Palabra de Dios, ya que desde Génesis en adelante el menor debía ser bendecido por el mayor  (Ejemplo : los patriarcas eran quienes bendecían a sus primogénitos, los sacerdotes eran los que bendecían al pueblo). Y estando el más grande de todos, Dios mismo, Juan lo entendió así en lo espiritual y se lo indicó reverentemente, como la escritura también lo enseña en toda la Carta a los Hebreos y este punto específicamente en Hebreos 7:7). Además, de seguro Elisabet, quien sabía quien era el hijo de María (Luc.1:41-43), también se lo comunicó en algún momento a Juan, sumado a los muchos años en ese desierto (Luc.1:80) su mente y corazón tuvieron claridad de quien estaba frente a él, por esto dice ¿y tú vienes a mi?. Es importante nuevamente entender que el bautismo de Juan, en agua, es diferente, por lo tanto al de Jesús en el espíritu, por eso le dice que necesitaba ser bautizado por Jesús, para ser sumergido completo en la salvación del Mesías. En otro momento se estudiará bíblicamente este punto.

v.15  > Lo que viene ahora, es muy relevante, si su Biblia tiene la respuesta de Jesús en color rojo, es porque esas palabras fueron dichas por Dios, por el Mesías, ellas son la sana doctrina (limpia o pura enseñanza), y vienen a dar la solución al problema que tiene el hombre de base frente a Dios, un problema legal desde Adán. (Justicia=Cumplir toda la Ley=> Justicia de Dios=Revelada en el Evangelio=Jesús mismo). Ahora, claro que el bautismo de Juan era para arrepentimiento y perdón de pecados de su pueblo (que moralmente=aplicación práctica de los mandamientos, estaban mal delante de Dios, como todos los seres humanos por fallar a la Ley divina), siempre y cuando los confesaran sinceramente y se produjera un fruto de cambio de vida genuino. ¿Entonces porque Jesús debía bautizarse en agua y por Juan, si Él nunca pecó?. Aquí tenemos dos puntos a considerar :

1) ya que el pecado llegó a todos los hombres desde Adán (Rom.5:12) y Jesús nace “hecho semejante a los hombres” , estando en esa condición” (Fil.2:7-8), por nacer de María, esa sería una razón, por la cual Él dice que se bautizaría.

2) No teniendo pecado, ni siendo hombre pecador, Él comienza aquí a cumplir su papel de sustituto, incluso ahora, tomando el lugar de nosotros por imputación, haciéndose pecador sin serlo, para llegar a cumplir lo que nosotros jamás podremos cumplir para con Dios…”toda justicia” (Vea 2°Cor.5:21). Claro que esto nos convenía, era necesario para toda la raza humana y para todo su pueblo. O sea, lo de Salmos 40:7-8  y Hebreos 10:5 se reúnen perfectamente en las palabras de Jesús. Por lo anterior, para que la Justicia de Dios se revele por medio del Evangelio, claro que era necesario que Jesús comenzara su ministerio frente a los hombres como uno de ellos.

Debemos saber y nunca dudar que Jesús es Dios, que Dios es uno, que tomando forma de siervo nunca dejó de ser Dios, que bautizándose, no para perdón de pecados, porque nunca pecó, comienza su tarea con obediencia a cada detalle de la profecía, para reafirmar su completa disposición de tomar sobre sí y llevar el pecado del mundo (Isa.53:6; Jn.1:29b)

v.16  > El Bautista estaba profundamente impresionado por la majestad de quien le hablaba. Se convenció de que Jesús tenía razón. Las objeciones habían sido superadas, obedece y lo bautiza. La expresión “subió luego del agua”, nos lleva a suponer que había descendido hasta la orilla del río y que por lo menos había dado algunos pasos en el agua, sin indicar mayores detalles, si fue por sumersión o aspersión, tema que siempre divide a los hombres, más adelante en este evangelio de Mateo, con claridad, veremos porque Jesús no bautizaba con agua. Lo importante es que “los cielos le fueron abiertos”. Milagro poderoso que pocas veces se observa en la Biblia. (Vea a Ezequiel en Eze.1:1, luego a Esteban en Hch.7:56; Juan el discípulo amado en Apo.4:1; 11:19; 19:11;  Vea igual Isa. 64:1; 2° Cor.12:1–4). En ese momento Juan vio descender el Espíritu de Dios (desde los cielos abiertos en vista espiritual) tomando una “forma” semejante a una paloma. Esto es así, ya que Dios es espíritu y no puede verse con los ojos físicos. Si estuviéramos diciendo que fue una paloma el Espíritu que se posó sobre Jesús por un tiempo indeterminado, estaríamos reduciendo a Dios a un ave, transgrediendo el 2° mandamiento. Lea Juan 1:31-33 para complementar esta revelación. El A.T. señala la pureza y la dulzura o benignidad de la paloma, esencia que en grado infinito caracterizan al Espíritu de Dios, y por lo tanto, también a Cristo, Espíritu que descendió corporalmente a Él. (Sal. 68:14; Cnt. 2:14; 5:2; después Mat. 10:16). Así equipado y dotado, Cristo estaba en condiciones de llevar a cabo la dificilísima tarea que el Padre le había dado que hiciera. Para salvarnos del pecado, necesitaba ser puro. Para soportar el tormento, perdonar nuestras iniquidades y tener paciencia con nuestras debilidades, necesitaba ser apacible, manso y benigno. Esto lo poseía en una medida perfecta.

v.17 >  La culminación de este maravilloso y sublime momento de revelación y cumplimiento, comienzo de aparición pública del Mesías, para su glorioso ministerio en esta tierra, viene no de la voz de Juan, si no, de la misma voz del Creador, de Elohim, del Padre, el Dios que se presenta a Moisés en el desierto, que sacó a su pueblo de la opresión de Egipto y el que los guio hasta este momento. No sugeriremos algo místico o grandilocuente, si no un hecho real donde Juan, por lo que vio en el verso anterior sumado ahora a “una voz desde el cielo”, tiene la confirmación diciendo: “ESTE ES mi Hijo amado” ó “ESTE ES mi Hijo, el Amado”, de quien Él le había hablado en Juan 1:33-34. En ese momento lo conoció, no como su primo, si no como Su Salvador, como la Vida Eterna, como el Cordero de Dios, el Amado del Padre, el que lo revelaría  (Jn.1:18b), con quien son uno (Jn.10:30), todos juntos en ese momento : el Padre, el Hijo y el Espíritu de Dios conjugados con potencia para cumplir la Escritura, el amor (ágape) eterno en acción.  En la tranquilidad de la eternidad, el Hijo era objeto de la inagotable complacencia del Padre. En el texto original dice el Padre : “(me) complací”  usando el griego eudokéo de eu (bueno, bien) y dokeo (pensar, parecer, considerar) ; pensar bien de, aprobar, (un acto); específicamente aprobado (persona o cosa):- acordar, agradar, gozar, gozo. Eso es lo que el Padre está diciendo a su Hijo. Eso es lo que está diciendo a Juan y a todos nosotros : “ESTE ES = JESUS ” el espíritu de toda la profecía. Amén.

 

Referencias para leer :  Salmos 45:7; Isaías 61:1-3; Lucas 1:35; 3:22; Heb.7:26; 1° Ped.2:22; 2°Ped.1:17.

 

CONCLUSION

Que hermoso pasaje nos dio Mateo para mantener nuestra fe y gozo en estos tiempos de apostasía. Consuelo no solamente para el Hijo y para Juan, sino para todo hijo de Dios, porque indica que no solamente el Hijo ama a sus seguidores lo suficiente como para sufrir las más grandes angustias por nosotros, haciéndose o imputándose pecado (que no tiene), sino que también el Espíritu de Dios lo unge y opera plenamente fortaleciéndolo para esta misma tarea, que ya en el otro capítulo nos mostrará su efecto; y que el Padre, en vez de desaprobar a quien empieza su ministerio, se siente tan complacido con él que ve la necesidad de abrir los cielos mismos para que su voz de aprobación se escuche en la tierra. Gloria a Dios para siempre.

 APOYO ESTUDIO: IB MITEI.

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