Lección: Mateo 10:21-25 Texto: Lucas 21:16
INTRODUCCION
La enseñanza de Jesús es completa y no
solo corrige la mala interpretación, muestra lo porvenir, sino que también
indica las personas específicas que entregarán a los discípulos a las autoridades
en la persecución. Veremos el detalle y la base de esta traición que conmueve
nuestros pensamientos y corazones. El mensaje
y por ende la persona de Jesús causará divisiones entre grupos de personas, no
solo entre quienes recibirán a sus discípulos, sino también entre quienes los
rechazarán. Lo más difícil de comprender es que en medio del mismo grupo
familiar existirán algunos quienes os entregarán. Como terminábamos la escuela
anterior indicando que el siguiente paso para la iglesia es la persecución, lo
cual implica la clase de hoy : “que serán entregados”, ahora Jesús dice quienes
lo harán.
DESARROLLO
V.21) Pareciera ser que la frase
escrita por Mateo al final del verso fue suavizada un poco al decir “y los
harán morir” o “y les causarán la muerte” o “y los matarán” (Mat.21:1;
Mar.13.12; 14:55) , pero no es así, ya que no hay diferencia en el objetivo final
que se quiere con la entrega : “matar al hombre”, lo cual no es mejor, ya que la persona que injustamente hace que
alguien sea muerto es tan culpable como si hubiera cometido el acto con sus
propias manos (Como se le consideró a David en 2°Sam.11:15 > indicado en
2°Sam.12:9). Jesús alude a Miqueas 7:6 que profetiza lo que está diciendo ahora,
ya no un hecho futuro, sino como algo real y con una proyección de una matanza
que por su causa ocurrirá en las familias, en que un miembro se opondrá a
Cristo y otro estará de acuerdo con Cristo. El hijo que aborrece a Cristo
entregará a su propio hermano para que sea muerto; el padre a su hijo, los
hijos a sus padres. Y siendo explicado en “y vosotros seréis odiados” por causa
de “Cristo”, significa que “Los hijos se levantarán contra (sus) padres y los
matarán a causa de la lealtad de los padres a Cristo”. Ahora bien, es verdad
que Jesús también enseña lo que se encuentra más adelante en Mat.10:37, 38.
Pero una cosa es expresar preferencia y hacerlo en forma decidida, y otra cosa
es matar a aquel a cuyo lado no queremos hallarnos. La matanza aquí predicha y
condenada es resultado del odio. (Job.19:19; Zac.13:3)
V.22) La razón es esta, por ser “odiados”,
“aborrecidos” por Su causa, no sólo es ese momento, si no hasta su siguiente
venida. La historia del cristianismo ha sido el dato real de lo que aquí se está
diciendo (La entrega a la muerte de los primeros cristianos por parte de los
emperadores romanos, sigue a través de los siglos por imperios, reyes, presidentes
y regímenes totalitarios, dejando una huella horrenda en el exterminio masivo,
parcial e individual hasta este siglo XXI). Juan el teólogo lo dice en 1°Juan 3:13, donde las palabras “de todos” no se deben tomar en forma
literal como si se refiriese a todo hombre, mujer y niño sobre la tierra, ni
aun a todos los que son alcanzados por el evangelio. La expresión “odiados de
todos” debe significar “de los hombres en general, sin distinción de rango,
estado, raza, nacionalidad, sexo o edad”. Sabemos que el mundo odia a Jesús y
por ende odiará a sus representantes. Pese lo anterior, como siempre Dios dice
la verdad y no miente (Núm.23:19), también señala el consuelo en la
seguridad, “pero para” el que persevera hasta el fin, él será salvo. El
que permanece leal a Cristo a través del período de persecución entrará en la
gloria. Amén. Para él mismo esta persecución durará hasta que la muerte lo
libere del escenario terrenal (Jn.16:33; 2° Tim.
3:12). Para la iglesia en general, durará hasta la segunda venida de
Cristo en gloria (2° Tes.1:7; Apo.11:10-12).
Por lo tanto, los discípulos no deben desesperar. Deben trabajar mientras dura
el día, haciendo el mejor uso del tiempo que les sea posible.
V.23) ¿Qué deben hacer
los mensajeros de las buenas nuevas cuando una ciudad (No sólo de Israel),
pueblo o lugar los rechaza a ellos y su mensaje? Por supuesto, deben tener
paciencia (Isa. 5:1-7 y Luc.13:6-9).
Sin embargo, estos mismos pasajes enseñan que hay un límite en la paciencia de
Dios y en la que, imitándolo, sus seguidores deben ejercer. La Biblia en
ninguna parte enseña que el obrero del reino que, mientras trabaja en una aldea
o pueblo, está siendo constantemente hostilizado y cuyo mensaje es rechazado
persistentemente, deba quedarse en ese mismo lugar año tras año hasta la
muerte. ¿No se estarían desperdiciando sus talentos? ¿Sería justo para las
demás comunidades que están pidiendo ayuda? ¡Debe irse a otro lugar!
Muchos pasajes muestran que los apóstoles se adherían a esto (Hch.12:17; 13:46, 51; 14:6, 20; 16:40 17:10, 14).
Este principio dado por Jesús es válido y aplicable hasta hoy, y culminará
hasta que “venga el Hijo del Hombre”, esto es; en su segunda venida. Esta es “en la gloria de su Padre”, “con sus ángeles”,
“a pagar a cada uno conforme a sus obras” (16:27, 28); una venida cuando Cristo
se sentará “en el trono de su gloria” (19:28); una venida que será “visible”
(24:27); “repentina e inesperada” (24:37, 39, 44); una venida “en las nubes del
cielo con poder y gran gloria” (Mat.24:30; 25:31; 26:64). Por lo tanto, sería
extraño excluir en este verso completamente toda referencia a la exaltación de
Cristo que alcanza su clímax en la segunda venida. Amén. Escatológicamente
debemos comprender estas palabras, ya que Él mismo regresó a sus discípulos
después de su muerte al resucitar, pero aquí se está refiriendo cuando las buenas nuevas sean entregadas a todo el mundo
y en todas las naciones. Este es el punto de partida de esta solemne
declaración : los discípulos a quienes Jesús se dirige están siendo enviados
aquí y ahora, y se les dice que si son perseguidos en una ciudad deben huir a
la próxima, a lo cual se añade inmediatamente una oración explicativa,
declarando la razón de esta exhortación. Tanto la persecución, como la muerte y
la recompensa comenzaban con Él, siguiendo con los discípulos y proyectándose
con nosotros en estos tiempos, pero con la seguridad que nos ocurrirá lo mismo
que Jesús (Resurrección), cuando Él regrese.
V.24-25) Un discípulo no
supera a su maestro, ni el esclavo a su amo. Que el discípulo se contente con
participar de la suerte de su maestro, y el esclavo de la de su amo. Si el mismo
señor de la casa fue llamado Beelzebú, ¡cuánto más los miembros de su casa! Así
como es verdad que un discípulo no supera a su maestro, ni tampoco el esclavo a
su amo, así es con los Doce (o todos los seguidores de Cristo) en su relación
con Cristo, su maestro y Señor. Si Jesús no es reverenciado, sus discípulos ni
siquiera serán respetados. Así que, si el enemigo trata al discípulo con el
mismo desdén conferido a su superior, esto es, si no trata aún peor al
subordinado, ¡que éste quede satisfecho!.
En
Mat. 12:24-27 (Mar. 3:22-27; Luc. 11:15-20), los fariseos llaman a Jesús
instrumento de Beelzebú, quien era la fuente del poder y de la actividad liberadora
de Cristo. Según Jn.8:48 dicen que Jesús está endemoniado. Aquí en Mat. 10:25
se nos dice que ellos lo habían llamado así, es decir, que él era el diablo en
persona. Si los enemigos de Cristo son suficientemente atrevidos como para así
calumniar vilmente a Cristo, el señor de la casa (Jn.13:14; Efe. 3:15; 4:15;
Col. 1:18; 2:10), ¿no estarán mucho más dispuestos a calumniar y maltratar a
“los miembros de su casa”, (1° Cor.12:27; Efe. 2:19,
20; 5:30), esto es, a sus discípulos?. Sin embargo, el sólo hecho de
que estén tan estrechamente asociados con Cristo, y de ahí “ligados en el haz
de los que viven delante de Jehová tu Dios” (1°
Sam. 25:29), debiera alentarlos. En consecuencia, no deben, ni
debemos tener miedo del enemigo, sino debemos testificar osadamente, cuando y
donde Él nos mande.
(En
la otra escuela dominical entregaremos un cuadro de cantidades de perseguidos y
muertos por la causa de Cristo Jesús, Señor nuestro.)
CONCLUSION
Para llegar a ser muertos, primero
debemos ser perseguidos y alcanzados. Las razones expuestas aquí son la única
causa eterna, verdadera por la cual un hombre podría dejar de vivir en esta
tierra. Las causas creadas por los movimientos, grupos radicales, políticos (guerras
donde hay aviones kamikaze, auto bombas o personas bombas) y aún por razones religiosas
extremistas erradas, no tienen ningún sentido, menos un fin divino dado por
Dios. Es momento de una gran reflexión en los tiempos en que vivimos, ¿levantaremos
la mano cuando Jesús nos mande, iremos realmente y cumpliremos la orden “yo
so envío”, con toda la hostilidad de este tiempo donde el mundo ya no
quiere oír de Jesús ni de su mensaje?, por eso la secuencia de este evangelio
no nos oculta nada y es preciso atender cada vez que algo comencemos a vivir, “solo
por la causa de Cristo Jesús”. Dios bendiga grandemente a los valientes que hoy
obedeceremos a Dios, antes que a los hombres. Si Él nos envía hay que ir cueste
lo que cueste. Amén.
APOYO
ESTUDIO: IB MITEI