Lección: Mateo 12:43-45 Texto: Hechos 7:52
INTRODUCCION
Pareciera ser que estos versos no guardan relación con los anteriores, pero
al contrario, van a exponer con mayor claridad el contexto de todo este capítulo.
¿Qué clase de religión están promoviendo o queriendo imponer ellos? al rechazar
la misericordiosa invitación del Mesías. Es una religión de negaciones, al
decir que había que cuidarse de no asociaros con publicanos y pecadores,
de no quebrantar un juramento hecho al Señor, en el día de reposo no
arrancar espigas; no restregarlas en las manos para comerlas, tampoco sanar
a nadie a menos que esté en peligro de morir antes del día siguiente, no
comer un huevo puesto en el día de reposo, a menos que se proponga matar la
gallina, etc. Finalmente estos líderes inducirán al resto, donde el demonio
solitario habrá sido sustituido por ocho.
DESARROLLO
V.43-45) El
verso clave de la lección, es el último, ya que les sigue hablando a esta
mala generación. Jesús aquí no está dando una clase de demonología, o mostrando
el carácter de los mismos, sus costumbres o algo así, al decir que “andan por lugares
secos, buscando reposo, pero no lo hallan” y “que al regresar a la casa, esta se
encontraba vacía, ordenada y en orden”, porque en realidad la Escritura no da
luz de ello, al contrario, referirnos a esto sería especular. Jesús no quiere
que pensemos tanto en los demonios, si no en la generación que lo está escuchando,
simbolizada por el hombre
que primero tenía un solo demonio, luego fue liberado y finalmente reposeído. Podríamos
analizar estos versos, mucho mejor, como una parábola, similar a la que Jesús
dice del “rico y lázaro”, donde sería incorrecto forzar los detalles como si
fuera posible interpretarlos en forma separada y literal, ya que la insistencia
rígida en la separación de cada detalle y de darle un sentido figurado conduce
a absurdos. Con estos principios como guía, podemos enfocarnos de la siguiente
manera :
En cuanto a
los “lugares áridos o secos” o “desiertos” (Vea Isa.13:21; 34:14; Mat.4:1;
Ap. 18:2), debemos relacionarlos con el hábitat donde se podrían encontrar
y/o desplazar demonios en la tierra; también considerar lugares apartados donde
no haya población humana (bosques, lugares altos, cuevas, impenetrables o difíciles
de acceder), como indica de aquel espíritu inmundo que salió “del hombre”
(v.43), sabiendo desde ya que ser liberado de un demonio es una bendición.
Ahora, podemos
unir esto con lo que se ha venido enseñado en clases anteriores, en Mateo 3:5 donde
Juan el bautista alcanza su mejor momento de aceptación, ganando muchos
seguidores, aún cuando él decía “Arrepentíos”. Un poco más tarde, la misma
amonestación procedente de los labios de Jesús (Mat.4:17), junto con su otra
enseñanza muy positiva, había sido recibida con entusiasmo (Jn.3:26). En esos
momentos y por un tiempo, podríamos decir que había parecido como si un demonio
hubiera sido expulsado de “un hombre”, y que la casa estaba desocupada, barrida
y en orden, recibiendo con gusto la bendición del mensaje redentor en ese momento;
siendo “este hombre” una representación del Israel de aquel tiempo.
Pero no sólo bastaba eso, ya que para mantener una casa así, hay que seguir
trabajando, limpiando y realizando las mantenciones correspondientes del lugar
(imagine su propia casa), porque si no, sería como dejar o tener el alma vacía,
siendo inofensivo y sin propósito, esto discrepa de la santificación. Jesús ya
venía graficando esto cuando les dice que había que amar al prójimo, trabajar
en el día de reposo por amor a otro, que había que amar en todo tiempo, sin
límites. Desistir del mal difiere todo un cielo de ser una bendición. Lo que
Jesús pide es una completa devoción del corazón, de modo que dé acciones de
gracias en forma espontánea a Dios y por amor a él ser de bendición al resto
siempre. Lo que se exige es nada menos que esto. Por eso más adelante le pedirá a la Higuera
(Israel) que no sólo tenga ramas, sino que de frutos (Que ame al sediento, al
hambriento, etc.); siendo esta la razón por la cual sería maldecida por Él
mismo.
Sabiendo que
Satanás está deseoso de enviar sus demonios a los corazones de los hombres,
para tomar el control de ellos y queden en sujeción al príncipe del mal, los
demonios aprovechan estas instancias (casa ordenada y vacía, sin mantención) para
entrar en el hombre nuevamente, donde puede llevar a cabo sus malos designios,
porque es un ser cruel del más alto nivel. Por eso estos versos nos han ido describiendo
el espíritu donde, por influencia de escribas y fariseos, hombres envidiosos,
el cuadro había cambiado rápidamente. En este mismo momento los líderes religiosos
perversos estaban conspirando para destruir a Cristo (Mat. 12:14), blasfemando
contra el Espíritu de Dios hasta llegarán por fin a que el pueblo judío grite
frente a todos “¡Crucifíquenle, crucifíquenle!” (Mat.27:20-23). Todos inducidos
por sus líderes (Jn. 19:6, 15, 16). El demonio solitario habrá
sido sustituido por ocho. (Recordemos Mateo.11:7-19.) Por esta misma
razón tenía que haber un choque entre Jesús y los fariseos. No era el aspecto
positivo de la ley, sino el negativo el que la mayoría de los fariseos
enfatizaban en obediencia a las normas establecidas por los escribas. Jesús era
enteramente distinto. Así, la bondad comenzó a tener choques con la frialdad,
la tolerancia con el exclusivismo, la liberalidad (amor) con el egoísmo, el
énfasis en el sentido más profundo de la ley con la insistencia en la letra de
ella. Estos dos, Cristo y el intolerante, no pueden habitar juntos en unidad.
Además, los fariseos tienen sus muchos seguidores entre el pueblo en general.
Pero, ¿no tiene Jesús también sus seguidores? ¡Sí, por cierto! Y ante los ojos
de los envidiosos fariseos, eso empeora las cosas. El fin es como ya se ha
hecho notar.
Referencias :
Luc.19:41-44; Juan 15:22-24; Rom.11:8-10; 1°Tes.2:15-16
CONCLUSION
La referencia a “esta perversa generación” en el v. 45,
reflejo de una descripción similar de los hostiles contemporáneos de Cristo del
v. 39, muestra que toda la sección (v. 38-45; en un sentido aun los versos 22-45)
es una unidad, corresponde ser uno en contexto. ¿Han acusado los fariseos a
Jesús de estar vinculado con Satanás (v. 24)? Jesús responde que ellos y sus
seguidores se parecen a un hombre que es reposeído ¡por nada menos que ocho
demonios! Sin embargo, a través de toda la sección no podemos dejar de percibir
un llamado a la conversión (véa v. 28, 35a, 41, 42). Gloria a Jesús, por
decirnos la verdad, en la cual debemos reflexionar hoy. No sólo existe la
liberación inicial, sino luego el peregrinar del creyente hasta llegar a la
tierra prometida, obedeciendo y haciendo ahora lo que nuestro Salvador nos
pide. Amén!
APOYO ESTUDIO: IB MITEI