Lección: Mateo 13:31-35 Texto: Lucas 12:32
INTRODUCCION
Ahora veremos un par de parábolas diferentes, pero relacionadas. La
primera se refiere al crecimiento exterior del reino y la segunda al
crecimiento interior. Las dos no pueden ser separadas: podemos decir que por el
principio invisible de vida eterna por el Espíritu Santo plantado en los
corazones de los ciudadanos del reino, es que se ejerce o existe una creciente
influencia, que este reino se extiende también en forma exterior y visible,
conquistando territorio tras territorio.
DESARROLLO
V.31-32) En primer lugar Jesús habla de una
semilla de mostaza (Mar.4:31; Luc.13:19; Mat.17:20, paralelo Luc.17:6). Entre las
semillas que generalmente se sembraban en un huerto, ésta era la más pequeña de
todas. Proverbialmente indicaba algo muy pequeño en sus principios, pero aunque
era insignificante al comienzo, la semilla de mostaza crece y crece hasta que
se hace un árbol tan grande, que las aves del cielo vienen y anidan
(literalmente, “hacen tienda”) en sus ramas, llegando a ser un arbusto muy
fuerte. Ahora, consideremos antes de la aplicación para esta parábola, porqué
se usa el grano de mostaza también en Mateo 17:20 cuando Jesús está
reprendiendo a sus discípulos, por la falta de fe al no poder expulsar un
demonio de un niño, donde usa esa misma semilla. Si leemos bien, Jesús no se
refirió al “tamaño o porte de” , sino que dijo “si tuvieres fe “como” un grano
de mostaza”, haciendo alusión a la potencia de la semilla, una figura literaria
de un símil, ya que el grano de mostaza tiene 3 características únicas, muy
especiales con respecto a cualquier otro grano, estas características con las
siguientes : 1) Es un grano que no se destruye jamás, aunque sea pisoteada, quemada
por el fuego, sigue resistente y estable como semilla. 2) Es una
semilla que no se mezcla con otras genéticamente, no es híbrida,
eso es imposible científicamente. 3) crece muy rápido y se
convierte en un árbol grande y fuerte, inquebrantable.
En el primer verso vemos que un hombre siembra esta buena semilla en su
campo. La literatura rabínica tomó conocimiento del tamaño que a veces este
“árbol” alcanzaba vigorosamente en Palestina, pasando los tres metros y a veces
llegando a los cinco metros. En el otoño, cuando las ramas adquieren rigidez,
aves de diversas especies se refugian allí de las tormentas, descansan y se
esconden del calor del sol; en todo sentido, un maravilloso lugar para
albergarse. “En su manifestación externa, el reino de los cielos en la tierra
es así”, dice Jesús. Aparentemente es insignificante en sus comienzos, pero de
este pequeño comienzo vendrán grandes resultados. Este también era un
“misterio” (Como lo dijo en Mat.13:11), que necesitaba ser aclarado o por lo
menos necesitaba un nuevo énfasis. Los discípulos y otros adherentes en un
sentido más general con frecuencia se impacientaban. Relativamente hablando, el
grupo de los leales seguidores de Cristo era pequeño y tan débil que a veces
deben de haber llegado casi a la desesperación. Esperaban cambios
revolucionarios aquí mismo y ahora (Mat.21:8-9;Luc.9:54;Jn.6:15;Hch.1:6). Ellos podrían haber preguntado:
“¿No señalaba en esa dirección Juan el Bautista?” Vea Mat.3:11-12. “¿No
contiene el Antiguo Testamento profecías acerca de la exaltación de Israel, su
expansión entre las naciones, y su significancia cósmica durante la era
mesiánica?” (Gén.22:17-18; Sal.72:8-11; Isa.54:2-3; Caps. 60–62; Jer.31:31-40;
32:36-44; Amós 9:11-15; Miq.2:12, 13; 4:1-8; Cap. 5; Zac. 2; 8:18-23; etc.)
Pero al pensar el pueblo en estos pasajes, si es que los haya ponderado,
probablemente lo hizo sacándolo de su contexto.
Hay consideración adicional que el A.T da testimonio de la verdad que de
comienzos pequeños provienen generalmente grandes resultados espiritualmente
hablando (Isa.1:8-9; 11:1; 53:2, 3; Dan.2:35b; Eze.17:22-24; Zac.4:10). Además,
parecería que esta verdad no siempre ha recibido la respetuosa atención que
merece. Sin embargo, es reafirmada en el Nuevo Testamento (Luc. 12:32; 1°Cor.1:26-31). El gobierno de gracia de Cristo, no
importa cuán insignificante y despreciado haya sido al principio, ha de
avanzar, “venciendo y para vencer”. “Exaltadlo, exaltadlo; de prueba en prueba,
victoria tras victoria; Jesús trae solo triunfos”.
Así que, para los que la oyeron directamente, esta parábola les decía:
“tened paciencia, ejerced la fe, seguid orando, y seguid trabajando. El
programa de Dios no puede fracasar”. Está diciendo lo mismo a los que han
venido posteriormente hasta hoy. Esta parábola es realmente una profecía que ya
se ha cumplido en parte. Acerca del tema del cumplimiento lo veremos cuando
lleguemos a Mateo 24:14. Cuando quiera que el reino de Cristo entre en
los corazones de los hombres esto ocurrirá por implantación desde el exterior (Justificación
imputada). Esa es una de las importantes lecciones enseñadas por las
primeras tres parábolas. El hombre no puede jamás pensar, hablar ni obrar para
abrirse camino hacia el reino, por si solo o interiormente. La semilla ya fue
plantada por en el campo, es resistente, no se mezcla y seguro crecerá. Amén.
V.33-35) Una vez establecido este reino de Cristo, por la
operación del Espíritu Santo comienza a obrar desde adentro hacia afuera (Efe.1:13). En forma cada vez más completa, aun cuando la línea de progreso no
siempre es recta y ascendente, sino sinusoidal (altos y bajos), ya que ese
reinado del Hijo del hombre penetra las diversas “facultades” del alma del
hombre, con el resultado de que la persona cambiada, sigue cambiando
constantemente. Aquí Dios Espíritu Santo comienza a ejercer su influencia para
bien no solamente en su vida individual y familiar, sino también en “toda
esfera de la vida”. A veces llega a ser una bendición por medio de las palabras
que habla o escribe o por los movimientos que hace; en otras ocasiones es su
sola presencia o su ejemplo de buenas obras lo que cuenta. Ese poder proviene del
Espíritu Santo, quien opera secreta y misteriosamente. El hombre comienza a ser
bendecido en todas las áreas y actividades que realiza. La levadura está
obrando interiormente (Santificación en expansión). El verso 33
indica una “medida”, aunque no siempre y en todo lugar es idéntica en
capacidad, generalmente se estima en un contenido promedio de cerca de un
“almud y medio” (unos 13 litros). Tres medidas, pues, formaban una gran
cantidad, no menos de un “efa”; uno podría decir “más de un bushel” (medida de
áridos que equivale a 35 litros). Pero no era algo raro que una mujer preparase
una masa tan grande. Sara lo hizo (Gén.18:6). También se menciona una cantidad
similar en Jue.6:19 y en 1° Sam.1:24. El argumento de la parábola es que una
vez que se ha puesto la levadura, el proceso de fermentación continúa hasta que
toda la masa ha subido. Así también los ciudadanos del reino exigen que cada
esfera de la vida contribuya su parte plena de servicio, honor y gloria a aquel
que es “Rey de reyes y Señor de señores” (Apo.19:16). Estado al que se llegará
sólo cuando Jesús regrese por los que le esperan. Mientras tanto debemos cumplir
su propósito de llevar esta misma semilla de Cristo a otros que se oponen (2°
Cor.10:5) y que luego produzca esa transformación a su imagen (2°Cor.3:18). Ahora
todo discípulo promueve la honradez entre los hombres (que gobiernan y entre
los gobernados), así también en los negocios, la industria y el comercio. Hace
todo esto no en forma separada de la evangelización del mundo sino en conexión
con ella y de hecho como una parte y sección de ella. Que la “levadura” del
reinado de Cristo en los corazones, las vidas y las esferas humanas ya ha
ejercido una influencia saludable en un millar de formas, y que esa influencia
aún continúa es claro a todo aquel que tiene ojos para ver. Aquí la “levadura” no
simboliza una influencia corruptora que estorba la comunión con Dios, sino
claramente representa el reino o reinado del cielo, esto es, el reinado de
Cristo que se reconoce con gran gozo en el corazón y en la vida, y esto es algo
ciertamente muy bueno. Ahora los versos finales muestran el uso que Cristo hace
de las parábolas en el cumplimiento de la profecía. V. 34, 35. Se nos dice que
en esta época en particular, al describir los misterios del reino (13:11) a las
multitudes, Jesús se limitó a las parábolas. Su razón doble ya la estudiamos
(ocultar y revelar). Por inspiración del Espíritu, Mateo ve en este uso de las
parábolas un cumplimiento de las profecías, enfocando una vez más la atención
en Jesús siendo ciertamente el Mesías que iba a venir. “para que se cumpliese
lo dicho por medio del profeta”, lo cual se ha ido cumpliendo desde el primer
capítulo (1:22 en adelante). Estas parábolas también estaban anunciadas : Sal. 78:2, 49:4; Isa.42:9. El profeta de referencia era el
salmista en Asaf, llamado también “vidente” o profeta en 2°Cró.29:30. El
“misterio” que explica por medio de dichos tan expresivos es que en la historia
de Israel desde su mismo establecimiento Dios llevó a cabo su plan y reveló sus
maravillosos atributos. A través del salmo el poeta habla acerca de la
manifestación del poder de Dios, sus maravillosas obras. Además habla del
infalible amor perdonador del Señor, muestra que, a pesar de todo este amor,
muchos del pueblo rechazaron a Dios. El salmo de Asaf concluye en una nota
culminante, triunfal, que muestra cómo el Señor ha escogido a David para que
sea el pastor de Israel (Sal.78:68-72). Según el Evangelio de Mateo, el
antitipo de este pastor era el gran Hijo y Señor de David, Jesucristo (9:36;
22:41-46; Jn.10:11,14,16,28), que en su carácter mismo como el “Buen Pastor”
reflejaba al Padre (Mat.18:12-14; Luc.15:3-7; Jn.14:9). En el estilo de hablar
Jesús era el antitipo del poeta, quien, por medio de la forma parabólica, llevó
a nuevas alturas de perfección el altamente figurativo lenguaje de Asaf (Sal. 78:27, 50: metáfora; v. 45, 48: hipérbole; v. 65; antropomorfismo :
son figuras literarias de la hermenéutica que podemos en otro momento estudiar).
Gloria a Dios porque toda Su Palabra se cumplió y lo seguirá haciendo.
CONCLUSION
Dios tomó esa semilla (La muerte de un hombre=Jesús), que es insignificante
a los ojos de muchos, para crear y formar una gran árbol de salvación para la
humanidad, que a través de la fe en el evangelio (Que es el mismo Mesías) se expandiría
hasta llegar a formar el reino de los cielos con los que se cobijan debajo de
Él. Solo con 12 verdaderos hombres de Dios, Jesús ha cumplido y lo seguirá
haciendo hasta su retorno final. Gracias Señor Jesús por ocultar estos misterios
eternos, gloriosos y revelarlos a nosotros, estos pequeños. Amén.
APOYO ESTUDIO: IB MITEI