EL SEMBRADOR

EL SEMBRADOR

Lección: Mateo 13:1-9 Texto: Isaías 55:11

INTRODUCCION

La vida de Jesús, incluidas sus palabras y obras, había revelado claramente que él era ciertamente Aquel de quien habían hablado los profetas con mucha anticipación, y que cuando enseñaba estaba hablando la verdad. Pero sus opositores rechazaban obstinadamente lo que era obvio. Así que, ahora Jesús empieza a hablarles en parábolas, cubriendo dos objetivos: primero dar una mayor revelación de la verdad a los que aceptaban su mensaje y segundo, al mismo tiempo ocultarla de quienes rechazaban lo que era evidente. Veremos parábolas que enseñan el reino de los cielos (Las 7 del Capítulo 13), también más adelante tendremos las que enseñarán más ampliamente el carácter del rey mismo, el modo en que trata a sus súbditos, como es claro de los labradores en la viña (Mat. 20:1-16), la boda del hijo del rey (22:1-14), y los talentos (25:14-30) y en otras se describirá el carácter que debieran tener los súbditos del rey, como el buen samaritano (Luc. 10:29-37) y la viuda perseverante (Luc.18:1-8). Comencemos y profundicemos esta hermosa parte del evangelio de Mateo.

Para ordenar las siguientes clases, esta introducción mostrará el desglose de lo que estudiaremos estos primeros 58 versos, donde veremos

a. Su mensaje, cómo es recibido: el sembrador (versos  3-9), explicación (versos 18-23).

b. Su carácter heterogéneo actual y su consumación futura en pureza y esplendor: la cizaña (versos 24-30), explicación (versos 36-43); la red (versos 47-50).

c. Su tipo, crecimiento y desarrollo. Exterior: la semilla de mostaza (versos 31-32); interior: la levadura (verso 33).

d. Su precioso valor: el tesoro escondido (v. 44); la perla de gran precio (versos 45-46).

En conjunto, este material abarca treinta y ocho versículos, esto es, más o menos los dos tercios de todo el capítulo. Los veinte versículos restantes están dedicados a un par de líneas de introducción (versos 1 y 2; estrictamente hablando, 1-3a); varios versículos que presentan el uso y propósito de las parábolas (versos 10-17, 34, 35); una descripción final que describe el rechazo de Cristo en Nazaret (versos 53-58), que muestra la amarga e irrazonable oposición en su contra que se había desarrollado. Esta era una de las dos razones mencionadas (ocultar la revelación) que lo llevó a usar parábolas. Considerado de este modo, vemos que todo el capítulo es una unidad.

Definición de Parábola : Gr. Παραβολή parabolé de parabálo de “al lado de” y “dejar o poner”; lanzar al lado, i.e. (reflexivamente) alcanzar un lugar, o (figurativamente) asemejarse:- comparar. Similitud («parábola»), i.e. narración ficticia (simból.) (de la vida común conllevando una moralmente), apotegma o refrán:- sentido figurado, comparación, parábola, refrán, símbolo. [Dicc.Strong Esp.]. Las parábolas tienen elementos primarios que la componen (que son los importantes para su interpretación correcta) y también elementos secundarios que adornan la historia, (que no son importantes para su interpretación correcta, y que no son necesarios para una exégesis de la misma). Como indicamos arriba, todas revelan el reino de los cielos, el carácter del Rey y el carácter de sus súbditos, apuntando siempre, al mundo espiritual verdadero. Comencemos!

DESARROLLO

Esta parábola también está en Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8.

V.1-3) Ese día Jesús salió de la casa y estaba sentado a la orilla del mar. Es claro que había terminado el retiro temporal (12:15). Yendo a la orilla del mar Jesús podía alcanzar a un mayor número de personas que quedándose en la casa. La multitud que se reunió a su lado era tan grande que se subió a una barca y se sentó, mientras la gente estaba de pie en la playa. De parte de muchos no había menguado el interés en Jesús. En ellos no se había abatido el anhelo de oírlo. ¿No era interesantísimo oír al profeta de Nazaret? ¿No se iba a convertir, si es que ya no lo había hecho, en el mejor relator de historias fascinantes? Así que de todos los alrededores, de “cada ciudad” (Luc.8:4), venía la gente. Así podría hablar en forma más o menos extensa, y tener frente a frente a quienes le oían. En esta región y en este tiempo era corriente que el orador se sentara mientras el auditorio se pusiera de pie. Ahora por medio de parábolas les enseñaría la profundidad de las cosas celestiales como indicamos en la introducción, y a la vez alejaría la revelación que ya no querían tener sus detractores. Que magistral forma del Maestro para seguir dando luz a sus seguidores. En el verso 3, no es importante (elemento secundario), que un sembrador saliera a sembrar, ya que eso era común en ese tiempo. Sólo destacaremos la frase “he aquí” o “Ved aquí”, o “Mirad” con que Jesús quiere decir “había una vez”  o  “una vez”, para despertar el interés de los oyentes a la historia que venía.

V.4-9) v.4 > Era costumbre que el trigo o la cebada se sembrase a voleo. Esto hace que la semilla sea recibida de diversas formas. Mientras este hombre siembra, es inevitable que una porción de la semilla caiga a lo largo del sendero (junto al camino) formado por muchas pisadas en el suelo. Ya fuera que el arado no hubiera llegado hasta ese punto o que el paso continuado de personas lo hubiera endurecido, la semilla no podría entrar en la tierra, quedando así, esas semillas en el suelo y el resultado es que las aves vinieran y se las comieran, con rapidez y voracidad estas, las llevaban a su aparato digestivo.

v.5 > Otra cantidad de la semilla cayó en suelo pedregoso, donde hay poca tierra. Es típico que en esa parte de Palestina, ahora “Israel” y sus alrededores, una porción considerable de su suelo cultivable esté en la parte superior de estratos rocosos. En tal situación, al brotar las semillas tienen solamente una dirección que seguir, hacia arriba. Así que, en vez de primeramente arraigarse firmemente, las semillas descritas en esta parte de la parábola “brotaron inmediatamente”, porque no tenían profundidad.  v.6 > Por lo anterior, al salir el sol, y por falta de tener raíz estas semillas no tienen humedad y se marchitan.

v.7 > Algunas cayeron entre espinos. Los espinos brotaron y las ahogaron. Este suelo estaba infestado de raíces de espinos. Puesto que generalmente nada crece tan rápido como lo que no se desea, y cada porción de terreno tenía lugar adecuado solamente para una cantidad restringida de vida vegetal saludable, no es sorprendente que el crecimiento más rápido de las malas hierbas sofocase pronto la vida del buen grano. (Ejemplo el “chacay”= planta común arbustiva espinosa en Chile)

v. 8 > Pero algunas semillas cayeron en buena tierra. Dieron fruto, algunas un ciento por uno, otras sesenta y otras treinta. Este suelo era fértil. No era duro ni rocoso ni estaba “ocupado”, sino que era bueno en todo sentido y servía en forma excelente para su propósito. El grado de rendimiento no era uniforme, sin embargo. En algunos casos un grano o semilla produjo un centenar de granos (Gén.26:12); en otros sesenta y en otros treinta. En la interpretación rabínica podemos comprender a la luz de la revelación del reino de los cielos hoy, que esto tiene relación al Pacto de Dios con Israel, quien toma a los patriarcas, donde la simiente (semilla, heredero) de Abraham, Isaac y Jacob, serían la base de la extensión del mismo pacto a los gentiles. Aún cuando sus esposas fueron estériles, ellos creyeron por fe a Dios y Él cumple con ellos, de tal modo que Abraham tuvo a su hijo (de la promesa) a los 100 años (Gén.21:5) , luego Isaac a las 60 años (Gén.25:26) y Jacob, quien tiene a José como hijo de Raquel en esa misma condición de estéril, según rabinos eruditos (Raquel entre los 30 y 40 años), hijo amado del patriarca, quien para los Judíos Mesiánicos es el siervo sufriente (José) que representa a Jesús mismo, quien también a los 30 años se reúne con sus hermanos en Egipto para perdonarlos y provocar su reconciliación. Los tres fueron buena tierra para Dios y la semilla tuvo su fruto perfecto, la simiente prometida, la cual fue Cristo (Gál.3:16). La semilla de Dios siempre producirá frutos, sólo depende de como la recibimos.

v. 9 > Ahora se repite la amonestación de Mateo 11:15 diciendo “El que tiene oídos [espirituales], que oiga [Gr. akoúo=oír hablar, entender, obedecer]. Significado: Hay más de lo que aparece en la superficie. Es muy importante la lección aquí enseñada. Los que tienen la capacidad espiritual de hacerlo deben meditar en esta parábola y aplicar la lección a sus vidas.

Donde la semilla es la Palabra de verdad, el evangelio de salvación, al cual hay que creer después de oírlo, para que ésta encuentre fecundidad y comience a brotar, crezca, se desarrolle y produzca al fruto deseado.

REFLEXION PRACTICA  

1)      Junto al camino: Cuando la palabra que recibimos de Dios, la dejamos a un lado, es para otros, nunca para mí, en la vereda del frente, donde muchos pasan por ahí y la pisotean, jamás habrá fruto de ningún tipo.  

2)      Suelo pedregoso: Cuando mi corazón está como una roca (duro, entenebrecido) y no deja que ésta (La Palabra) penetre lo suficiente creando una raíz sólida para seguir recibiendo agua y desarrollarse, es emocional, superficial y sin profundidad; luego salgo de la iglesia a mi casa, trabajo u otro lugar, y viene el sol abrazador de la prueba y mi fe se desmorona, diciendo que esto no es para mí, vino el enemigo y me robó la bendición.

3)      En medio de espinos: Las espinas en el contexto Judío y rabínico tienen una interpretación de lo que se opone, contradice, va contra la Palabra de Dios y su verdad (Su ley). Lo espina clava, por más pequeña que sea, es molesta. Así nuestros pensamientos humanos, intereses, otras interpretaciones de la verdad, escuchadas, estudiadas, heredadas, que están alrededor nuestro (incluso lo falso del mundo hoy), nos asfixian la verdad recibida y se ahoga en nuestro espíritu aceptando lo falso, antes que lo verdadero. Obviamente no habrá bendición, ni fruto alguno en nuestra vida. Nota : Sólo Jesús fue capaz de llevar una corona de espinas en su frente (mente, pensamientos) y resistir las falsas doctrinas de todo el mundo y los religiosos del tiempo, hasta hoy y salir triunfante. Gloria a Dios.

4)      En buena tierra: La tierra está hecha para recibir semilla y en forma natural ésta se amalgame, de tal modo que comienza a recibir de lo necesario para desarrollar, crecer y dar fruto. Nuestro espíritu, corazón y mente deben estar alineados a escuchar la Palabra, creerla y hacerla, para llevar fruto de arrepentimiento y así comenzar un proceso maravilloso que será multiplicado divinamente. Si la semilla (que es buena, de Dios) y la tierra es normal (buena por el hecho de recibirla; Su Palabra) esta tendrá los frutos que el Eterno requiere.

Referencias : Miq.2:4; Mar.4:2; Luc.12:41; Eze.11:19; Zac.7:12; Stg.1:12; Jer.3:3; Gál.5:22-23; Fil.1:11

CONCLUSION

Aunque más tarde se dará la interpretación en otros versos de Mateo, concluiremos que la parábola del sembrador, habla de Dios mismo, que vino a esparcir, extender una buena noticia a este mundo, por medio de Su Palabra (semilla), necesita un terreno fértil (usted y yo), ósea un corazón receptivo, para poder producir fruto. No sólo oírla, sino que ese corazón bueno y recto debe recibirla, retenerla y preservarla para que pueda producir fruto abundante después que germine espiritualmente. Sólo esta semilla perfecta produce el fruto que al final será el mismo reino de los cielos. Amén!

APOYO ESTUDIO: IB MITEI

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