Lección: Mateo 13:24-30 Texto: Mateo 13:38
INTRODUCCION
Vamos por la segunda parábola del reino. La parábola del sembrador y la
de la cizaña entre el trigo probablemente fueron explicadas a los discípulos en
estrecha sucesión (Luc.8:9 con Mat.13:36). No es improbable que además fueran
presentadas en la misma secuencia cronológica, siendo seguido en forma
inmediata el contenido de los versos 1-9 por el de los versos 24 al 30. Hasta
cierto punto son similares en naturaleza: ambas presentan un sembrador, un
campo, semillas y producción, pero contienen diferencias notables, donde el trigo
y la cizaña son parecidas pero jamás iguales.
DESARROLLO
V.24-26) El primer verso se une a la parábola anterior del
sembrador, donde la semilla de trigo es sembrada en buena tierra y seguro
tendrá una producción como se indicó en el verso 23 (De la lección anterior). Algo sucede mientras las plantas
todavía están en desarrollo, y luego más adelante en el tiempo de la siega, se
producirá algo que no estaba incluida en la primera parábola. Tanto el terreno
(el campo del agricultor con todo lo que crece en él) y el reino en su estado
presente muestran una mezcla en que se encuentran juntos lo bueno y lo malo. Al
final tanto el campo como el reino están sujetos a un proceso de depuración o limpieza,
con el resultado de pureza, belleza y gloria para ambos (el hombre y el reino),
en ese sentido ahora “el reino de los cielos es semejante a un hombre”…
Este hombre, aparentemente un rico hacendado, emplea varias “manos” para el
trabajo de su campo, es decir varios trabajadores que realizan la siembra. Pero
cuando estos se duermen, un enemigo realiza un acto que es egoísta, cruel,
cobarde y sádico. Y en la noche (oscuridad, tiniebla) para no ser visto y
sorprendido, sin la menor consideración por todo el trabajo que se ha puesto en
el campo, los gastos en que se ha incurrido y las esperanzas que ha inspirado,
siembra el campo de cizaña. El nombre técnico de la cizaña es lolium
temulentum. Esta “cizaña barbada” alberga un hongo que es venenoso para
animales y hombres. Sin embargo, en su primera etapa, mientras el trigo y la
cizaña están todavía creciendo, se parece mucho con el grano más noble. Quizás
surge una pregunta después de este acto: ¿Podría alguien hacer esto tan
detestable, bajo y horrible, sin ninguna consideración?; la respuesta está a la
vista, claro que sí. En lo práctico de las siembras en algunos casos, se ha
sabido cómo los enemigos de alguna persona próspera, lo han realizado, sólo con
el objetivo de hacer daño. V.26) Así que cuando los primeros granos brotaron y
comenzaron a crecer, también se vio la cizaña. Fue en este momento, sólo cuando
el grano comenzó a crecer que se hizo evidente la diferencia entre el trigo y
la cizaña. Los siervos están terriblemente alarmados. Se ve claramente que la
relación entre ellos y su amo es excelente, así que cuando surge un daño, él
puede contar con la solidaridad de ellos. Esto se ve en el siguiente verso.
V.27-30) Por
las preguntas que hacen, ellos se dieron cuenta que el porcentaje de cizaña entre el trigo
debe haber sido inusitadamente grande, de otro modo estos siervos no habrían
estado tan sorprendidos, porque ver un poco de cizaña entre el trigo, después
de todo, no era algo muy extraño. Sin embargo, lo que estos hombres ven en este
campo es algo completamente diferente y exige una explicación. La verdadera
solución ni siquiera les viene a la mente. Quizás consideran la siembra de
buena semilla junto con la mala como un delito tan increíble que han desechado
completamente de sus mentes esa posibilidad. Ciertamente nadie haría aquello,
por lo menos no a su amo. Entonces, ¿qué? ¿Cuál era la fuente del problema?
¿Había sido contaminada la semilla aun antes de ser sembrada, quizás al
mezclarse accidentalmente con la de cizaña? Pero esto también parece imposible,
así que, como lo sugiere el original en su redacción, a la pregunta: “Señor,
¿no sembraste buena semilla en tu campo?” ellos esperan una respuesta
afirmativa: “Sí, así fue”. V.28. El les dijo: Un enemigo ha hecho esto.
La respuesta es definitiva. En la mente del propietario no hay dudas al
respecto. Sin embargo, no da el nombre del culpable sino que sabiamente se
limita a señalar que lo que ha ocurrido no se debe tener como un derramamiento
accidental desde un campo vecino ni de semilla contaminada, sino es la obra
deliberada de un enemigo.
Con respecto
a la cizaña, Los siervos, ansiosos de cooperar, le dijeron: Entonces, ¿quieres
que vayamos y la arranquemos? La pregunta era natural, “Déjanos ir a
arrancar la cizaña antes que haga más daño”, tal es la reacción de ellos. V.29.
El dijo: No, no sea que mientras estéis arrancando la cizaña arranquéis
junto con ella el trigo. El hecho de estar entrelazadas las raíces del
trigo y la cizaña hacía que esto fuera una verdadera posibilidad. Y, si en este
tiempo, antes que el trigo estuviera completamente maduro, era arrancado, el
resultado sería la pérdida total de ese trigo. Así que el propietario prosigue:
Dejad que ambos crezcan juntos hasta el día de la siega. Entonces en la
siega diré a los segadores: En primer lugar recoged la cizaña y atadla en
manojos para quemarla, pero recoged el trigo en mi granero. En el tiempo de
la siega no solamente sería más evidente la diferencia entre el trigo y la
cizaña, sino que el trigo, aunque desarraigado, todavía sería útil. Además,
entonces la tarea de segar sería asignada a los especialistas en ese tipo de
trabajo, los segadores. Entonces el dueño ordenará a los segadores que primero
arranquen la cizaña para quemarla, y luego en forma cuidadosa recojan el trigo
y lo lleven al lugar adecuado, el almacén, galpón o granero (Veamos Mat.3:12;
6:26; Luc.3:17).
CONCLUSION
Los elementos principales de esta parábola son similares a la del
sembrador, pero debemos agregar a un hombre malo, con una semilla venenosa que sin
compasión quiere dañar la producción final del dueño del campo, pero éste, con
sabiduría dejará crecer ambas semillas hasta el final, para luego realizar la separación
que dejará a cada fruto en el lugar que corresponde. Ya viene la siega de parte
de Dios y Él será el perfecto trabajador que con cuidado, pero con eficacia
separará los buenos de los malos y a cada uno lo pondrá en su lugar. Profundizaremos
su interpretación infalible más adelante.
Referencias : 1°Ped.1:23; Rom.16:17; Mal.4:1; Luc.17:36.
APOYO ESTUDIO: IB MITEI