VERDADEROS ESCRIBAS Y EL RECHAZO

VERDADEROS ESCRIBAS Y EL RECHAZO

Lección: Mateo 13:51-58 Texto: Eclesiastés 9:16

INTRODUCCION

Después de terminar con una tremenda bendición al conocer las parábolas del reino por labios de Jesús, vemos la preocupación de nuestro gran pedagogo, en único y gran Maestro, Dios mismo, que pregunta a sus alumnos si se entendió la materia y les aconseja como llevar a la práctica tan grande doctrina. Termina el capítulo 13 con el rechazo de Jesús en Nazareth, pese a la maravilla de sus palabras y sabiduría.

DESARROLLO

v.51-52) ¿Habéis entendido todo esto? Ellos respondieron: Sí. Por medio de su pregunta Jesús da a los discípulos la oportunidad de pedir más información acerca del reino, en caso que aún hubiera asuntos que no les fueran claros. La respuesta de ellos da a entender que, como ellos mismos lo ven, su comprensión se había profundizado en forma inmensurable. Ahora bien, es maravilloso reconocer con gratitud que la mente de uno ha sido enriquecida. Sin embargo, no es suficiente. Lo que se ha recibido también debe ser impartido a otros. Ese es el deber y la responsabilidad del verdadero escriba, como ahora señala el Maestro: “El les dijo: Por lo tanto, todo escriba que ha sido preparado para el reino de los cielos se parece a un jefe de familia que saca de su almacén cosas nuevas y viejas.” La lección que Jesús aquí está enseñando se puede aplicar a cada obrero del reino, usted y yo. ¿No es particularmente adecuada en conexión con la entrada en el oficio? Claro que sí. Entonces, el verdadero escriba debe ser como sigue:

a. Debe haber recibido una preparación adecuada : Tiene que haber llegado a ser discípulo o pupilo del reino de los cielos. Ya han sido descritos los escribas judíos de aquel tiempo (Mat.2:4; 5:20). El era el estudioso y maestro reconocido del Antiguo Testamento y de las “tradiciones” que se le habían sobrepuesto. También se ha destacado lo inadecuado de su enseñanza, tanto en contenido como en método (Mat.7:28-29).

Ahora bien, el “escriba” que Jesús describe no es así. Ha sido preparado para y en los asuntos que tienen que ver con el reino de los cielos, esto es, el reino de la salvación plena y gratuita, el reino al que todos son invitados a entrar, el reino de la gracia y la gloria.

b. Ante los ojos de Dios este escriba es rico e importante : ¿No es ciudadano del reino de los cielos, dotado con todos los derechos y privilegios de tal ciudadanía? En realidad, ¿no es él hijo del Rey? Jesús lo compara aquí con el “jefe de una familia”.

c. Esto significa que tiene la responsabilidad de proveer para su familia : Este escriba ha sido provisto con un verdadero tesoro (Mat.2:11; 6:19-21; 12:35; 13:44; 19:21), una rica provisión de bienes. Sus bienes incluyen el conocimiento de la Escritura; por eso, el camino de salvación; conocimiento del modo en que por gratitud los hombres deben vivir para la gloria de Dios; conocimiento de cómo una persona puede obtener la paz que sobrepasa a todo entendimiento, el gozo inefable y glorioso, etc. ¿No sería una vergüenza que no impartiera este conocimiento a otros también, comenzando con aquellos que pertenecen a su propia casa?

d. Debe proveer “cosas nuevas y viejas” : El problema del escriba judío del tiempo de Cristo era que siempre estaba repitiendo opiniones, conceptos y extravagancias de los antiguos rabinos. Se especializaba en lo que era viejo, y no podía alcanzar el alma humana ni dar satisfacción a sus más profundas necesidades. Hay otros que están constantemente interesados en todo lo que es “nuevo” (Hch.17:21). Tiene que ser lo más novedoso. El verdadero escriba está completamente familiarizado con lo antiguo y edifica sobre ello. No desprecia esa vieja Biblia, estas antiguas doctrinas, etc., sino las ama y aplica todo esto a situaciones nuevas, está siempre dispuesto a recibir nueva luz de cualquier fuente (en tanto sea realmente “luz”), y por la gracia de Dios su presentación de la verdad es siempre fresca, porque bebe de la fuente de Agua Viva (Sal. 46:4; Jer.2:13; Jn.4:14; Ap. 22:1, 17b).

v.53-58)   Después de seguir atentamente la secuencia del trayecto de Jesús y los lugares donde enseñó, desde Capernaum en el capítulo 12:9, 15, 47; 13:1-2, 36, lo vemos ahora en la ciudad donde se había criado, en un día de reposo en la sinagoga (Mar.6:2; Luc.4:16). Gráficamente Mateo describe a Jesús en el acto de enseñar a los presentes en la sinagoga “estaba enseñando al pueblo”. Resultado: quedan atónitos. ¿Dónde obtuvo esta sabiduría?, preguntaban, ¿y (el poder para hacer) estos milagros? La “sabiduría” revelada en su enseñanza era evidente. En cuanto a los milagros, habían tenido oportunidad de saber de ellos, porque muchos de ellos habían sido hechos en Galilea (Mat.4:23-25; cap. 8; cap. 9; 11:4, 5, 20-23). Sin embargo, como esta gente lo veía, a Jesús no le correspondían tal sabiduría y poder, dado que no había disfrutado de una educación “superior”, y además, era simplemente uno de ellos como dicen en los versos 55, 56. ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No es María el nombre de su madre, y no son Jacobo, José, Simón y Judas sus hermanos? ¿Y no están con nosotros todas sus hermanas? Entonces, ¿dónde obtuvo todo esto?.

La sabiduría misma que aquí había revelado y las obras portentosas de las que constantemente se estaba sabiendo debieran haber convencido a estos nazarenos que Jesús era ciertamente lo que pretendía ser, el cumplimiento de las gloriosas profecías mesiánicas (Luc. 4:17-21), pero su mezquindad y probable envidia les impidieron reconocer la verdad. Así que empiezan a recitar una lista de los familiares del orador como diciendo: “¿Quién se cree que es? ¿No es el hijo del carpintero?” (De esto se ha inferido que José ya no vivía). Recuerdan que Jesús mismo era carpintero también (Mar. 6:3). Naturalmente, conocen muy bien a María, y conocen a los hermanos de Jesús; Jacobo, José, Simón y Judas, que vivían con él en el hogar paterno. En cuanto a las hermanas, presumiblemente casadas, todavía viven aquí en Nazaret con sus maridos. Ya ha sido contestada la pregunta: “¿Eran éstos hermanos y hermanas de Jesús en el sentido de que había venido a una misma matriz?”.

Lucas relata la historia con muchos más detalles (Luc.4:16-30). Mateo resume el resultado del suceso de la siguiente manera: v.57. Y se escandalizaron a causa de él. Para ellos el humilde origen de Jesús era suficiente para rechazarlo. Pero Jesús les dijo: Un profeta no carece de honra salvo en su pueblo y en su propia familia. Jesús no dice que un profeta es respetado en todas partes salvo en su pueblo y en su familia. Lo que dijo tiene el sentido de que dondequiera que un profeta tenga honra, ciertamente no será en su pueblo y en su familia. La palabra usada para honra es átimos (negativa) no honrado o (positivamente) deshonrado:- sin honra, menos decoroso, despreciar, menos digno [Dicc.Strog]. En cuanto a esta referencia a su familia, residencia, morada, particularmente a sus hermanos, debe ser interpretada a la luz de pasajes tales como 12:46-50, lo cual, sin embargo, no es decisivo para indicar la actitud de los hermanos de Jesús hacia él en esta ocasión, y especialmente a la luz de Jn.7:5 y Hch.1:14. Entonces se verá que por la gracia de Dios la incredulidad posteriormente fue cambiada en fe. Amén.

Antes de dejar este pasaje, cabe señalar que aquí Jesús en forma bien definida quiere decir que es ciertamente un profeta, con el derecho de ser honrado como tal. Leamos Isa.8:14, Isa.49:7, Isa.53:3.

El resultado del rechazo en Nazaret esta en verso final “a causa de la incredulidad de ellos no hizo muchos milagros allí”. Puesto que la gente de Nazaret lo rechazó, ellos no vinieron a él en grandes números para ser sanados. Así que los incrédulos no recibieron sanidad. Algunos creyeron y fueron sanados. No es necesario ir al extremo de decir que nadie fue sanado milagrosamente por Jesús a menos que creyera de todo corazón con una fe a la que nada faltaba. Por otra parte, sería necio negar que la fe impartida divinamente era de gran ayuda (Mar. 9:23), y que una incredulidad porfiada no era un impedimento importante.

CONCLUSION

Debemos ser verdaderos Escribas de este siglo XXI, no solo estudiando, leyendo y oyendo su Palabra, sino cuanto más hacedores de ella, para que con certeza enseñemos en quienes estarán en el reino de los cielos pronto. Lo nuevo no puede criticar a lo antiguo, ni lo antiguo a la nueva revelación progresiva que nos está dando Jesús en estos tiempos finales. Que no seamos como los de Nazareth, donde pese a todo lo hermoso oído de Jesús, vemos lo contrario en la profundidad de los pensamientos y corazones de quienes lo conocían. Esto se parece (en parte solamente) a lo que algunos de nosotros hemos vivido cuando volvemos al lugar que nos vio nacer y crecer, ahora ya siendo hijos de Dios y queriendo enseñar o predicar, aunque las palabras sean muy especiales, y con la sabiduría que otorga el Espíritu Santo, nuestros conocidos dudan de ellas, por conocernos humanamente y a nuestros familiares. La gracia del Señor Jesucristo sea sobre nosotros y quienes nos oyen. Amén.

APOYO ESTUDIO: IB MITEI

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