Lección: Mateo 13:10-17 Texto: 1° Corintios 2:7
INTRODUCCION
Ya introdujo la primera parábola acerca del reino de los cielos y antes
de dar su interpretación, el Señor Jesucristo dará luz de la razón por la cual
esta será la manera en que quiere dar mayor comprensión espiritual e
intelectual a la verdad. Así como en todas las cosas de esta vida, algunos
ganan o pierden, avanzan o declinan, así deberá acontecer al que oye la palabra
de Dios y ésta se revela o no a los oídos que la escuchen. Sabiendo que esto
depende ahora de los oyentes y no del sembrador perfecto que lleva una semilla
de igual modo perfecta, en su esencia y procedencia.
DESARROLLO
V.10-13) No es que Jesús no haya pronunciado antes parábolas o era
algo nuevo (A.T Jue.9:7-15; 2° Sam.12:1-14). Ya en Mateo en el Cap.7:24-27;
11:16-17; 12:43-45 observamos su uso. Solo que ahora el énfasis de su mensaje, donde también está su
soberanía, estará dado en el hombre y en el uso que éste hace después de escucharlo.
Por eso sus discípulos le preguntan ¿porque ahora les hablas por parábolas? La
respuesta comienza en el verso 11 con dos palabras centrales : “es dado” y “misterio”. Un “misterio” es
algo que hubiera permanecido sin saberse de no haber sido revelado. Uno de los
misterios que ahora se está revelando es el hecho de que con la entrada de
Jesús en el escenario de la historia ha hecho su aparición el “reino de los
cielos” sobre la tierra. Otro misterio que ahora se estaba revelando era la
naturaleza de la realización visible de este reino, esto es, de un “reinado”,
en un sentido a veces casi equivalente a “iglesia”, su actual carácter
heterogéneo en oposición a su futura consumación en belleza, pureza y
perfección. Luego veremos otras parábolas que indicarán cuáles serían algunos
de los otros misterios. Todos éstos son misterios porque no pueden ser
percibidos por la mente humana sin ayuda del Espíritu de Dios, “A menos que
uno naciere de nuevo (o “de arriba”) no puede ver el reino de Dios”
(Jn.3:3), siendo esa una respuesta categórica a Nicodemo.
A los discípulos había sido dado el privilegio de discernir, hasta cierto punto, estos misterios. Nótese “es dado”. Era cuestión de pura gracia. Ciertamente hay también un factor humano que interviene, como se verá claramente en los versículos siguientes, pero en el fondo la comprensión de estos misterios es siempre un asunto de la gracia (1°Cor. 4:7; Efe. 2:8). A esta gracia se ingresa por la fe, que es el trampolín que nos introduce a ella (Rom.5:2), donde todo ciertamente es don de Dios. En realidad todo lo bueno, perfecto y maravilloso de los misterios de Dios le pertenecen a Él solamente y depende ahora de nosotros (Ya que Él ya lo realizó todo) la respuesta en fe que daremos frente a su mensaje. La comprensión espiritual e intelectual de la verdad acerca de la salvación, es justo agregar lo que Jesús dice en los versos 12 y 13. Donde se enfatiza la responsabilidad del hombre y el uso que él hace de la revelación de Dios, su reino y su verdad. En verso 12, nos dice Jesús que en lo espiritual es imposible permanecer estancado. Una persona gana o pierde o avanza o declina, por eso al que tiene, le será dado. Los discípulos (excepto Judas Iscariote) habían “recibido a Jesús”. Con referencia a ellos más tarde él iba a decir al padre “Han guardado tu palabra” (Jn.17:6) y “No son del mundo” (17:16). Por cierto, esta fe estaba acompañada por muchas debilidades, errores y faltas, pero ya se había iniciado. Por lo tanto, de acuerdo con la norma celestial, estaba asegurado el progreso posterior, el avance en conocimiento, amor, santidad, gozo, etc., en todas las bendiciones del reino de los cielos, porque la salvación es un río que va siempre profundizándose (Eze.47:1-5). Toda bendición es una garantía de mayores bendiciones que vendrán (Jn.1:16): “tendrá abundantemente”, si nos mantenemos en la vid verdadera, Juan 15:2-5. Por otra parte, al que no tiene, le será quitada aun aquella apariencia de conocimiento, la familiaridad superficial que una vez tuvo con los asuntos espirituales. ¿No hay una analogía de esto en la esfera del conocimiento en un nivel por debajo de lo estrictamente espiritual? ¿No es verdad que la persona que ha aprendido bastante música como para tocar unas pocas melodías sencillas pero no en forma suficiente como para decir “He dominado tal o cual instrumento”, pronto descubrirá que la poca habilidad que tenía se ha desvanecido por no haber practicado? El hombre que se niega a hacer un uso adecuado de su talento, aun eso perderá (Mat.25:24-30). v.13 ) Ver (ellos estaban viendo a Jesús en directo y todos los milagros), oír (Escuchado todo su mensaje abiertamente) y entender (Lo que ellos no quisieron) es lo que hace que Jesús hable en parábolas estos más grandes misterios, ¿ porque si a lo “menor” no le hicieron caso, cuanto más a lo “mayor” ? Esta obstinación humana no puede quedar impune. Si el hombre endurece su corazón, Dios ya lo sabe y lo endurecerá más. (Ej. : Faraón de Egipto, los mismos religiosos de ese tiempo hasta hoy). No reciben de corazón las instrucciones, advertencias e invitaciones de Dios.
V.14-17) El exilio del antiguo Israel, castigo
por la dureza de su corazón, había sido tipo de lo que ahora estaba ocurriendo
a los amargos enemigos de Cristo: Por eso Jesús dice que se está cumpliendo la
profecía de Isaías 6:9-10; cuando
recibió el llamado para el oficio profético. Esta visión, en la que el profeta
vio la gloria de Jehová reflejada en la venida del Cristo venidero (Jn.12:41). La
forma en que se introducen las palabras de la cita es única. Aquí no es
simplemente “para que se cumpla”; “para que se cumpliese lo dicho por medio del
profeta Isaías”, sino “se está cumpliendo” o “se cumple”, como para resaltar
que la condenación de Israel, realizada en parte en la época del exilio, ahora
se está completando en las vidas de quienes rechazan al Señor. No es culpa del
Señor que así sea. En realidad queda muy en claro que hay perdón y sanidad para
todo aquel que con verdadero arrepentimiento se vuelva al Señor. Nótense las
palabras: “y se conviertan y yo los sane” (verso 15). Pero el punto es éste:
envidiosos escribas y fariseos, junto con sus seguidores, han anestesiado sus
corazones, taponeando sus oídos y cerrado los ojos con respecto a las obras y
palabras del Señor. Ahora, por cuanto ellos han hecho esto, el resultado será
el declarado en el v. 14: “Oiréis y oiréis, pero no entenderéis, y veréis y
veréis, pero nunca percibiréis”. Como ya se explicó en relación con el v. 13,
hay un “oír” que difícilmente merece el nombre, y un ver que es una pura
caricatura del ver genuino, debido a que la gente ha decidido no ver realmente,
ni oír, etc., como si fuera algo terrible de hacer, es que Dios ha decidido
castigarlos dejándolos que se salgan con la suya. El dirigirse a ellos por
medio de parábolas es una forma de lograr este fin.
Con respecto a los verdaderos discípulos de Cristo se dice lo
contrario, somos bienaventurados, palabra que no se limita en su significado a
“cómo se sienten”, sea con un espíritu alegre o no. En el uso presente
significa que tanto en el ver como en el oír el favor de Dios reposa sobre
ellos, en este caso nosotros, para la Gloria de Dios!. Ellos ven y oyen con los
órganos de la fe, de donde procede el gran contraste entre ellos y los críticos
de Cristo, y siempre será así. No que los discípulos por naturaleza sean
mejores que los demás. Todo lo que tienen lo deben a la gracia otorgada de Dios
por medio de la fe.
Así que para nosotros las parábolas son una gran bendición y
debemos atribuirles un valor supremo a estos relatos, meditemos en ellas. El
hecho mismo de que presenten a la mente imágenes vívidas, cuadros en
movimiento, hace que sean más fáciles de retener en la memoria. Además, puesto
que los discípulos acompañan al Maestro de lugar en lugar, tienen la
oportunidad dorada de pedirle una explicación de cualquier cosa que no
comprenden. Así le pidieron que explicase la parábola del sembrador (Luc.8:9) y
la de la cizaña (Mat.13:36). Tampoco Jesús esperaba siempre a que le
preguntaran; privadamente les explicaba todas las cosas (Mat.13:51, Mar.4:34).
V.17) Muchos del tiempo antiguo, como Noé,
Abraham, etc. Samuel e Isaías, y otras personas justas, por la fe miraron hacia
el futuro esperando al Redentor venidero (Heb.11:13,
39-40; 1°Ped.1:10-11). Ardientemente anhelaron, escudriñaron, pero
no fueron más allá que “¡Oh si rompieses los cielos y descendieses!” (Isa. 64:1). Se dieron vistazos de la gloria
venidera a estos hombres de la antigüedad, aun cuando estos hombres todavía
vivían en la tierra. Así, por ejemplo, en el nacimiento de Isaac, por la fe
Abraham vio una garantía del cumplimiento de la promesa mesiánica ¡y qué gran
bendición fue esto! En forma similar, con los ojos de la fe, una fe grandemente
fortalecida por la revelación, Isaías tuvo una visión de la gloria del Mesías y
habló de él (Jn.12:41). “Muchos” con anhelo miraban hacia el futuro, pero
ninguno de ellos, mientras estaba aún sobre la tierra, vio al Cristo encarnado.
Ninguno fue testigo de sus milagros, ni oyó sus palabras, todos ellos “murieron
en fe, no habiendo recibido el cumplimiento de las promesas” (Heb.11:13; 39). Lo “mejor”, lo perfecto, la
plenitud de la bendición mesiánica, había sido reservado para los creyentes de
un nuevo día, hoy para nosotros. Gloria a Dios, depende de nosotros seguir siendo
los bienaventurados en este Siglo. Amén.
CONCLUSION
Las razones por las cuales Jesús ocultará las verdades más reveladoras a
sus detractores, es porque ellos ya decidieron no oír el mensaje y rechazaron
la verdad que los libertaría, por lo que Dios premiará a los que lo hagan, hay
que seguir oyéndole y viendo lo que Él hará en medio de los suyos, seremos
bienaventurados y se nos irá dando más luz en estos tiempos, pero los otros, seguirán
estando en tinieblas y oscuridad por su corazón engrosado.
Referencias : Isa.44:18;
Jer.5:21; Juan 9:39-41; 2°Cor.4:3-4
APOYO ESTUDIO: IB MITEI