INTERPRETANDO LA PARABOLA DE LA CIZAÑA

INTERPRETANDO LA PARABOLA DE LA CIZAÑA

Lección: Mateo 13:36-43 Texto: Lucas 12:32

INTRODUCCION

Ya definimos que la interpretación infalible, será siempre la explicación que Jesús les da a sus discípulos cuando ellos le preguntan respecto de cualquiera de las parábolas, incluso más adelante cuando ellos le consulten acerca del fin de los tiempos. Las palabras de Jesús son la sana doctrina (=limpia enseñanza), y perfecta interpretación a la cual nosotros debemos oír. Ahora nos toca estudiar respecto de la cizaña (grano malo) sembrada en medio del trigo (buena semilla).

DESARROLLO

V.36-39) Después de lo dicho acerca de esta casa en los comentarios sobre 9:28; 12:46 y 13:1 nada queda por decir a modo de explicación. Sus discípulos se le acercaron diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. La duda de ellos frente a esta parábola sería quizás la misma por la cual le preguntan respecto de la parábola del sembrador, ya que recordemos que Juan el bautista anunciaba el Juicio del reino inminente (Mat.3:10-12) y luego Jesús mismo dijo que el reino se había “acercado” (Mat.4:7). Seguro la tardanza de la maduración del trigo y la cizaña era la cuestión que no entendían. Jesús, pues, una vez más está dejando impreso en la mente de estos hombres que antes del juicio final habrá un largo período de espera, durante el cual deben ejercer paciencia. Por cierto, el reino de los cielos había entrado en una nueva etapa con la venida del Hijo del hombre (Mat.11:4-5). Y aún cuando era algo real y presente la declaración “el reino de los cielos se ha acercado”, los discípulos debían aprender que éste no era el acto final del drama. La gran consumación era una cuestión de realización futura.

v.37 ) El misterioso “Hijo del hombre” de la profecía de Daniel 7:14, a quien, según la visión de Daniel, se iba a dar “dominio, gloria y reino” ahora era un humilde sembrador. Como tal, está constantemente sembrando buena semilla, el mensaje de salvación del reino, la palabra de verdad, el evangelio, como poder de Dios para salvación, por medio de la fe. Ahora es importante profundizar la palabra semilla aquí indicada por Mateo. En griego se usa la palabra sperma : algo sembrado, es decir semilla (incluyendo la esperma masculina); por lo tanto prole, descendencia; especialmente un remanente (figurado, como si guardado o reservado para sembrar) : simiente. Eso en tres explicaciones bíblicas complementarias que ayudan a entender porque el trigo es este grano.

I) Particularmente la semilla sembrada o dispersa al voleo, sea con referencia a granos, plantas o árboles, como se usa en Mar.4:31; 1°Cor.15:38 y 2°Cor.9:10; también en sentido figurado se usa en 1°Juan 3:9, donde el Espíritu Santo que mora en los verdaderos cristianos les impide practicar el pecado (NOTE ESTE ULTIMO PUNTO, IMPORTANTE).

II) En sentido figurado, sobre el óvulo fertilizado, la simiente de la concepción (Heb.11:11) Consecuentemente como metonimia (Figura literaria que se usa para sustituir un concepto u objeto por un término estrechamente relacionado, en este caso esperma por descendiente), en sentido de hijos (Mar.12:19-22; Luc.20:28), de modo general simiente con el sentido de descendencia (Luc.1:22; Juan 7:42; Rom.1:3, 4:13, 18, 11:1-2; Gál.3:16; Heb.2:16; Apo.12:17). Así los cristianos son mencionados como “la descendencia de Abraham”, en el sentido que son hijos de Abraham espiritualmente por la fe y herederos de las promesas hecha a él (Gál.3:29).

III) Por implicación, la simiente, en el sentido de un remanente, algunos pocos sobrevivientes, como semillas guardadas de un año anterior (Rom.9:29). [Derivado = spermologos : juntar semillas]

V.38) El evangelio debe ser proclamado en todo lugar, no inmediatamente, por cierto (Mat.10:5-7), sino progresivamente. No solamente hay que alcanzar las mentes y los corazones de los hombres sin distinción de raza o nacionalidad, sino toda esfera de la vida debe ser ganada para aquel que es el Rey de reyes y Señor de señores. De la declaración “el campo es el mundo” nada hay que sustraer. Aquí ahora, la buena semilla, éstos son los hijos del reino, los que con todo agrado tienen a Jesús como su Señor y Rey, son los en quienes la buena semilla del evangelio lleva fruto (Versos 19 y 23). Igualmente, la cizaña son los hijos del malo, lo que se refiere a los hijos del maligno, los hijos de Satanás y sus seguidores, son aquellos en quienes la cizaña sembrada por el príncipe del mal produce una cosecha de corrupción. Esto está en armonía con lo que sigue de inmediato. V.39) El enemigo que los sembró es el diablo, mencionado repetidas veces en la enseñanza de Jesús. (Desde el cielo, luego en el huerto del Edén y en el presente aún, como dice entre medio Apo.12:9 “que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero”. Termina el verso diciendo : “La siega es el fin de la era”. A los siervos no se les permite arrancar ahora la cizaña. No deben impacientarse. La cosecha debe aguardar hasta el día de la gran consumación; y los segadores son los ángeles. Acerca de la función que deben desempeñar los ángeles como segadores, podemos verlo en Mat.24:31; Apo.14:17-20. Aunque es cierto que según Apo.14:14-16 el Hijo del hombre mismo recoge la cosecha de grano (los creyentes), mientras según los versos 17 al 20 de ese capítulo la vendimia (recolección de los incrédulos) se asigna a los ángeles, esto no significa que haya conflicto entre Mat.24:31 y Apo.14:14-16. ¿Por qué iba a ser imposible que el Hijo del hombre, al reunir a sus elegidos, asigne una función adicional a los ángeles?. Esto va a ser así. Amén.

V.40-43) Entonces, como se recoge la cizaña y se la quema, así va a ser al fin de la era. V.41) El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos recogerán de su reino todo lo que es ofensivo y a los que hacen iniquidad [iniquidad=Gr.anomia=ilegalidad, violación a la ley (o genitivo), impiedad, trasgresión, maldad, que peca (1°Jn.3:4), impío, inicuo, el que se aparta de la fe cristiana y se da a la idolatría, apostasía], y los arrojarán en el horno de fuego que no se puede apagar. La vergüenza que van a sufrir “los que hacen iniquidad”, es decir, quienes desafían a Dios, Su santa ley, que es eterna (Dan. 12:2). Sus prisiones son eternas (Judas 6, 7). Serán atormentados con fuego y azufre… y el humo de su tormento asciende para siempre jamás, de modo que no tienen reposo de día ni de noche (Apo. 14:9-11). Sí, “día y noche por los siglos de los siglos” (Apo.20:10;19:3). Los pasajes en que se enseña la doctrina del castigo son tan numerosos que uno se queda estupefacto por el hecho de que haya personas que afirman su aceptación de las Escrituras, pero, sin embargo, rechazan esta doctrina. Lo que quizás sea el argumento más elocuente contra la noción de que los malos serán sencillamente aniquilados y que los justos seguirán viviendo eternamente es el hecho de que en Mat. 25:46 la misma palabra describe la duración tanto del castigo de los primeros como la bienaventuranza de los segundos: los malos irán al castigo eterno (que es la eterna separación de Dios) y los justos a la vida eterna con Él. Amén.

El énfasis aquí, es que el reino será purgado, limpiado, purificado de todas sus impurezas, en el día del juicio final. Todo será transformado a lo original que Dios tenía planificado. V.42) En el horno de fuego, allí será el lloro y el crujir de dientes. Lo increíble de este verso es que la lamentación inicial (lloro), es seguida de un crujir de dientes, que no tiene que ver con el miedo, sino al contrario, ellos apretarán los dientes, rechinando de odio, rabia y máximo repudio a Dios, fortaleciendo su oposición y contrariedad a todo lo que Él dijo, hace y ejecutó en ese momento. (Ellos no se arrepentirán, ni aún estando en ese lugar de tormento, al contrario, demostrarán su repudio al máximo: ESA ES LA CIÑAZA)

v.43) A diferencia de los justos (EL TRIGO), que resplandecerán como el sol. Los que aquí han sido receptores de la gracia serán los receptores de la gloria allá. Por cierto, aun aquí y ahora se les otorga una medida de gloria. Pero esta gloria generalmente permanece oculta. Ahí se cumplirá la profecía de Daniel (12:3): “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. La gloria de Cristo también se reflejará en ellos (1° Jn.3:2-3; Apo.3:12). Por eso debemos apartarnos, santificarnos ahora como dice 2° Cor.3:18 ahora, no mañana. Por eso termina este verso con una nueva advertencia tierna y seria, para todos los que escuchaban esta explicación de la parábola con la frase “El que tiene oídos, que oiga”, pidiendo que tomemos de todo corazón el sentido de la parábola, no solamente siendo atento, paciente, con esperanzas y confiado en el Señor, sino también examinándose a nosotros mismos cada día que peregrinamos en esta tierra. Amén.

CONCLUSION

Aquí la iglesia (en la tierra) es diferente al reino de los cielos (eterno). La iglesia es el cuerpo de los creyentes profesantes, compuesta por personas que están siendo preparadas para esa habitación final. Es aquí en la tierra, donde crecen juntas ambas semillas (Caín y Abel, Amán y Mardoqueo, Jesús y Barrabás, incluso los dos crucificados al lado de Jesús, en las mismas congregación de hoy). Y como las parábolas apuntan a la manifestación concreta del reino de los cielos, debemos hacer esta distinción y decir que también se refiere a todo el complejo de personas y esferas que reconocen el reinado de Cristo. Si se tiene en cuenta esta distinción, se puede decir que la referencia en la parábola es al reino más que a la iglesia, donde la cizaña será arrancada para no estar allí. La lección es si, para la iglesia desde ese tiempo. ¿Con cuánta frecuencia hombres de una eminente posición eclesiástica han tratado de expulsar de la iglesia a personas que, por una u otra razón, ellos no favorecen, aun cuando a veces éstas ni siquiera han cometido una falta? ¿Con cuánta frecuencia no han sido tratados con impaciencia los miembros “difíciles”, impaciencia para la cual no hay excusa válida? Jesús les está enseñando ambas cosas, lo que no hacer ahora, y lo que Él y los ángeles realizarán en el futuro. Quizás la conclusión más práctica es : ¿Qué soy yo?  ¿Cizaña o trigo? La respuesta debe ser trigo. Amén!

APOYO ESTUDIO: IB MITEI

 

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