Lección: Mateo 10:16-20 Texto: Mateo 24:9
INTRODUCCION
La linda enseñanza de Jesús, el
especial llamado, las instrucciones que el Maestro da con tanto amor a sus discípulos,
siguen de la misma manera hasta el final, no ocultando nada de lo que venía.
Sabiendo Él el final desde el principio, lo que el mismo vivió humanamente, siendo
el gran maestro, bondadoso, misericordioso y Todopoderoso a la vez, ahora
comienza a ser plasmado en ellos, para que su preparación sea integral. Sólo se
les había enseñando una introducción del costo que debían tener en sus vidas,
dando prioridad al ministerio y ahora comienzan los detalles de lo que hoy la
historia confirma que pasaron los mensajeros del Señor Jesús, los comisionados,
los siervos que aceptaron este desafío en la misión que salvaría al mundo.
DESARROLLO
V.16-17) La gran comisión, la más
grande tarea que un hombre puede realizar en su vida, es sólo para hombres
humildes y verdaderos delante de Dios, ya que es “una orden”, no una opción
con alternativas, donde Jesús mismo dice “yo os envío”. ¿ Qué mejor que
eso, que Él mismo los envía ? Dios sabe quienes son los suyos que por su
espíritu humilde (= obediencia) serán honrados (Pro.29:23), por eso con amor les
dice que como a “ovejas” (Juan 10:11, 14, 27, 28), igual a los que Él observó sin pastor (Mat.9:36), en su tarea se podrían encontrar, en algún momento, en medio de “lobos”,
(que en el reino animal son carnívoros y en su dieta variada también están las
ovejas). Con suavidad y amor les dice lo que el futuro les depara. Las ovejas serán
las representantes de Jesús mismo, a través de ellas, él trabaja y claramente
Él las protegería. No es una paradoja, sino una realidad donde el poder de Dios
salvaría a muchos que se les opondrían (lobos), los libraría de la persecución,
ataques de muerte (todo conforme su voluntad y propósito) y les daría fe,
confianza y templanza en medio de ellos, porque lo importante era el evangelio
del reino y quién los enviaba. Entonces : ¿Qué pueden hacer la ovejas cuando
se encuentren en medio de lobos ? Después de comprometer su amorosa responsabilidad
divina, no los exime a ellos de actuar personalmente con una actitud especial
en esos momentos. Coloca Jesús a la serpiente y la paloma como
ejemplo en su reacción, frente a los lobos. En cuanto a la primera, aquí se
considera a la serpiente como la encarnación misma de la perspicacia o astucia
intelectual (Gén.3:1). La cautela y la prudencia de las serpientes se había
hecho proverbial. La sagacidad que aquí se recomienda como cualidad humana
incluye el poder captar la naturaleza de lo que a uno lo rodea, trátese de
personas o de cosas, circunstancias, sentido común santificado siempre,
sabiduría para hacer lo que corresponde en el momento, lugar oportuno, del modo
correcto, un esfuerzo serio para descubrir siempre el mejor medio para lograr
las metas más elevadas y que todo lo que se piense, diga o haga, sea conforme
el plan de Dios. En ese sentido se debe enfocar esta recomendación, con una prudencia
con astucia para llegar a su fin, nunca incluyendo una sagacidad que se une al
mal (Efe.5:15). Por otra parte, la segunda
(la paloma), significa con
inocencia (irreprensible, sin práctica de pecado, Fil. 2:15). En cuanto a las palomas, veamos Mat.3:16; Cnt.5:2 donde Dios mismo es
confirmado como “paloma mía, perfecta mía”.
El v.17 totalmente conectado con el anterior,
Jesús ha estado hablando de “lobos”, esto son hombres malos que
tratarían de causar daño a las ovejas. De modo que ahora prosigue: “ Y guardaos
de los hombres …”. Los cuales ya estaban presentes antes de la muerte
de Cristo en la cruz y de su resurrección. ¿no era Judas Iscariote uno de los
discípulos de Cristo, y no iba a ser su propósito entregar a Jesús a las
autoridades? Y, ¿no había quienes constantemente estaban poniéndole trampas al
Salvador para hallar un motivo para acusarlo? Mat. 12:10; 22:15; Jn.8:6. ¿No
implica el odio a Jesús una actitud de antagonismo hacia sus discípulos? Mat.
5:10–12; 10:24; Jn.15:20. La base de la advertencia de Cristo, por lo tanto, es
el presente, la condición que prevalecía ahora mismo durante el ministerio
terrenal de Cristo. Esto que comenzó (odio a Cristo y sus enseñanzas), seguiría
con ellos, incluso se intensificaría durante el período después de la
resurrección. De esta persecución también ellos serían objeto y en forma muy
natural. Este consejo les indicaba que ellos tenían que estar en guardia,
atentos a lo que los hombres harían (malas intenciones, incluyendo a los mismos
religiosos). Con esta sola frase podemos tener un gran estudio y tema de lo que
ha sucedido hasta hoy y de lo que está pasando. Jesús fue claro con nosotros,
amén. Resumiendo podemos decir que no podemos confiarnos de los hombres, no los
hagamos enojar sin causa justificada, ni caigamos en las trampas de sus
preguntas capciosas, sino oremos por la gracia de darles una respuesta
apropiada, nada hagamos que les permita hacernos una acusación válida (1°Ped 4:15-16). Lo anterior, ya que las consecuencias en aquellos
tiempos y en la cultura judía eran claras : “porque os entregarán a
concilios, y en sus sinagogas os azotarán”. Estos concilios eran
probablemente los tribunales locales de los judíos, que tenían su clímax en la
corte suprema judía, el Sanedrín. Los que eran declarados reos por la corte de
cierto delito definido eran azotados en la sinagoga.
Aporte en contexto histórico : Las fuentes judaicas contienen
reglas bien detalladas acerca de tales azotes. Un juez debía recitar un pasaje
adecuado de Deuteronomio o de los Salmos, un segundo debía contar los azotes
(véase Deu.25:1-3), un tercero impartiría una orden
antes de cada latigazo, etc. En los Hechos
22:19 se nos da a saber que Saulo (= Pablo) de Tarso hacía que
los creyentes en Cristo recibiesen este horrible castigo. Después de su
conversión él mismo sería torturado de un modo similar. Escribiría: “De los
judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno” (2°Cor. 11:24). Era el siervo de la sinagoga (“el ministro”, Luc.
4:20) quien estaba encargado de la responsabilidad de dar los latigazos. Luego
veremos que esta profecía era inmediata y cumplida en Jesús mismo, que fue
sentenciado por el Sanedrín y llevado por las autoridad que los gobernaban (Imperio
Romano) al castigo que finalmente lo
llevó la cruz, la gran tarea a la que venía. Por lo anterior las condiciones y
las actitudes de los hombres ya existían para ellos en aquel momento.
V.18-20) El gran motivo, causa o
razón de todo lo anterior, será, Jesús mismo de aquí adelante para sus
discípulos. Ellos no solo serían
perseguidos por los mismos hermanos y líderes religiosos, si no también, según
correspondía, por el poder político de turno, los gobernantes y reyes. La
verdad sea dicha, esto siempre ha sido así, desde que Dios determina formar un
pueblo para sí, que debía ser diferente al mundo y que obedezca sus
mandamientos. Vemos como a Israel los imperios del momento, se levantaban porque
esta nación daba a conocer y rendía adoración al único y verdadero Dios (Juan
17:3). Los Egipcios, los babilónicos, les medos y los persas, y ahora los
romanos serían los ejecutores de esta realidad en la tierra.
“Por mi causa seréis arrastrados ante gobernadores y
reyes para testimonio a ellos y a los gentiles”. En cuanto a gobernadores, tenemos
a procuradores tales como Poncio Pilato, Felix y Festo; en cuanto a reyes, vemos
en Herodes Agripa I (Hch.12:1) y Agripa II (Hch. 25:13, 24, 26). Aun Herodes Antipas, que técnicamente no era rey, también
recibía ese título a veces (Mat. 14:9; Mar. 6:14). Fue Poncio Pilato quien
sentenció a Jesús a morir en la cruz, después de haberlo enviado al “rey”
Herodes Agripa I quien mató a Jacobo (hijo de Zebedeo y hermano del apóstol
Juan). En los versos leídos de Hch.12:1 y 25:13, se desprende que Pablo fue
llevado ante el rey Agripa II y el procurador Festo. Dio un maravilloso
testimonio como también lo había hecho anteriormente ante el procurador Felix.
Se comprende que tales testimonios también fueron dados delante de otros gentiles,
que estaban presentes oyeron lo que se había dicho. Fil. 1:12,
13; 4:22. Así las buenas nuevas seguirían difundiéndose y
Su reino estaba siendo proclamado. Gloria a Dios!. Muchos detalles se registran
posteriormente en el libro de Hechos y las epístolas.
Al decir Jesús “por mi causa”, está incluyendo que cuando alguien
persigue a los discípulos de Cristo lo está persiguiendo a él, hecho estampado
tan indeleblemente en la mente y el corazón de Pablo (y por medio de él en la
consciencia de Lucas) que, aunque hay variaciones en los relatos de la
conversión de Saulo, las palabras “Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?”
se encuentran en los tres relatos (Hch.9:4, 5; 22:7, 8; 26:14, 15). Eso significa que el perseguido jamás es apartado del amor de Cristo
y de la fuerza y el consuelo que él imparte.
Pero Jesús en los versos 19-20 entrega un gratificante y alentador consuelo,
que cuando los entreguen (a las autoridades) no se preocupen en cuanto a cómo o
qué debáis hablar, ya que lo que deban decir les sería dado en aquella hora (o
el mismo momento); porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu
de vuestro Padre (quien está) hablando en vosotros. Ser llevado a la
corte es un asunto grave, esto es en todo tiempo de la historia. El cómo
conducirse delante de los jueces, incluyendo gobernadores y reyes, (hoy podemos
decir primeros ministros o presidentes), particularmente el cómo dirigirse a
ellos, qué decir en su defensa, podría llenar a estos hombres de aprehensión y
terror. Muy sorprendentemente Jesús dice: “no os preocupéis”; esto es,
“Cuando quiera que la preocupación comience a levantar la cabeza, acallarla
inmediatamente”. Aquí, como en el Sermón del Monte, Jesús prohibió no solamente
el hábito de preocuparse, sino también su principio mismo. Razón: en
aquella hora os será dado, por el mismo que los envió como ovejas entre lobos,
por el espíritu de Dios. Esto no significa que la mente del apóstol o siervo
perseguido sea una hoja en blanco y que entonces de alguna manera mágica
Dios repentinamente comenzará a escribir palabras sobre esta; por el contrario,
ni cuando estos testigos son llevados a juicio ni cuando ellos (por ejemplo,
Mateo, Juan y Pedro) escriben libros o epístolas serán suprimidas sus
personalidades ni anulada toda la preparación apostólica previa recibida de
Jesús. Todo esto será avivado, agudizado y levantado a un plano más elevado de
actividad. Es en ese sentido orgánico que lo que ellos deberán hablar les será
dado en aquella hora. El Espíritu del Padre estará hablando en ellos, y
ese mismo Espíritu, “les dará poder para evangelizar” y “les recordará todas
las cosas” que Jesús mismo les dijo (Jn.14:26, 15:26, 16:7; Hch.1:8). Ese Espíritu ya estaba en acción mucho antes de Pentecostés (Sal.51:11). Pero en Pentecostés y después de ese día iba a ser “derramado” en
toda su plenitud. Por esto, los discursos de Pedro y Juan (Hch.4:8-12, 19, 20, tuvieron
el efecto sobre el auditorio descrito en 4:13, 14, donde también había lobos
escuchando) son evidencia que esta profecía se cumplió gloriosamente, como
también lo confirman los discursos de Pablo (Hch.21:39 al 22:21; Hch.23:1-6; 24:10-21; 26:1-23).
CONCLUSION
Lo que los grandes hombres de Dios del
antiguo tiempo de Israel vivieron, por realizar su llamado, tarea y ministerio,
se cumpliría en su máxima, en la persona de Jesús y continuaría ahora con los
discípulos. Al profundizar un poco más en este tema, podemos ir concluyendo que
el espíritu del anticristo, que comienza su oposición en el cielo, luego es llevado
acabo por los mismos hijos de Adán (Caín mata a Abel), el nieto de Esaú,
Amalec, persiguiendo hasta hoy a los de su misma sangre (la descendencia de
Israel), que provenía de Isaac, es el mismo espíritu que no
recibe al Mesías ni su mensaje, donde el Israel apóstata (Judaísmo que no creyó
en Jesús) unido al poder humano del momento (Roma), persiguen y ejecutan al
enviado del cielo y a sus discípulos. Ese espíritu no ha cambiado en su esencia
ya que proviene del mismo satanás, sólo ha mutado en su forma llegando a tener
las siete cabezas que enseña Apocalipsis 17. (Puede ser otro gran estudio en
algún momento), hoy ya tiene su séptima cabeza lista para actuar contra la
verdadera iglesia (remanente que espera su retorno), siendo la iglesia
apóstata (cristiandad corrompida unida al ecumenismo) que se unirá al poder
político del anticristo, para hacer lo que Jesús mismo confirmará más adelante
en Mateo 24:9. Nosotros no hemos vivido actualmente una real
persecución, hemos sido ya divididos por las falsas doctrinas, donde los
hombres han comenzado a actuar en contra de los mismos cristianos, por lo que
debemos oír más que nunca la lección de este día y estar atentos a lo que viene
a los verdaderos : una nueva y final persecución antes de su venida. El lo dijo
“guardaos de los hombres”. La próxima Escuela avanzaremos en esta materia, que necesariamente
nos lleva a la gloria de Dios. Amén!
APOYO
ESTUDIO: IB MITEI