CONDICIONES EN LA COMISION

CONDICIONES EN LA COMISION

Lección: Mateo 10:9-15 Texto: Lucas 12:43

INTRODUCCION

Jesús ya ha definido quienes serán los enviados, les ha dicho adónde deben ir, lo que deben proclamar y lo que deben hacer, ahora les dirá en que condiciones deben realizar su tarea, lo que por gracia recibieron, de la misma manera será entregado y su provisión sería enviada desde el mismo cielo, ellos no deberán preocuparse por nada, ya que quien los contrató es dueño de todo. Veamos las condiciones y situaciones en que se verán y cómo deben resolverlas.

DESARROLLO

V.9-11) No lleven nada para el camino. En este viaje deben llevar solamente lo que es estrictamente necesario. los Doce no deben proveerse de dinero, porque no lo necesitarán. No deben tratar de adquirir monedas tales como, por ejemplo, el áureo de oro, el denario de plata y ni siquiera el as de cobre. No deben cargar sus cintos con ningún tipo de moneda pesada. Tampoco debían llevar un morral o alforja (literalmente: una bolsa para el camino o para viajar) para provisiones, tales como alimentos y ropa. Además, una túnica iba a ser suficiente. Una demás, fuera sencillamente para reserva o para mayor protección contra las inclemencias del tiempo, no será necesaria. Esta advertencia contra el llevar cosas de reserva probablemente se aplica también al rubro siguiente. Si es así, “no os proveáis … de sandalias” podría significar: “No llevéis con vosotros un par extra de sandalias. Las que tenéis puestas bastan”. Esta interpretación no solamente parece satisfacer el contexto, sino que también hace que este pasaje armonice con Marcos 6:9. Además, en las Escrituras los pies descalzos se asocian con otras ideas, tales como la reverencia en la presencia divina (Exo.3:5), la extrema pobreza (Isa.15:2-5), y la tristeza (2° Sam. 15:30; Eze.24:17). La adquisición de un bordón nuevo para reemplazar el antiguo tampoco es necesaria y aquí ni siquiera es permitido. Siempre surge la pregunta: ¿Por qué todas estas restricciones? La respuesta que se sugiere inmediatamente bien podría ser: “Porque Dios proveerá. Los apóstoles deben poner su confianza enteramente en Él”. Sin duda, esta es ciertamente la respuesta básica que todos escogido debe saber, ya que Pablo lo confirma en Rom.8:28 …” Y SABEMOS “. Veamos Mateo 6:19-34 (lo que ya había enseñado) y Luc.22:35. Sin embargo, en el contexto presente se agrega otro pensamiento, ya que el obrero tiene derecho a su sostenimiento. Ciertamente, por parte de los apóstoles no debiera haber avaricia, ni deseo de enriquecerse: lo que han recibido gratuitamente, deben darlo gratuitamente (v. 8). Sin embargo, esto de ningún modo anula la obligación que recae sobre los que reciben las buenas nuevas. Sobre ellos cae la obligación de proveer para las necesidades de estos doce hombres. Esto concuerda con las Escrituras en todo tiempo y lugar (Deu.25:4; 1°Cor.9:7, 14, y 1° Tim. 5:18, 1° Tes.2:9). A todo obrero Dios le ha dado el derecho de participar de los frutos de su obra. Esto también incluye la provisión física y terrenal.

Queda claro que Dios va a proveer para estos hombres en sus viajes, ahora como más adelante y que usará a los amigos del evangelio para llevar a cabo su plan. Esto significa que los apóstoles, por su parte, debían elegir cuidadosamente las familias donde tendrán su alojamiento o donde quedarse, por esto Jesús agrega en el verso 11, lo siguiente : En cualquiera ciudad o aldea donde entréis, buscad a alguien que sea digno, y quedaos en su casa hasta que os vayáis (del lugar). Probablemente sea legítimo suponer que al llegar a cualquier pueblo sin importar su tamaño, los misioneros en primer lugar deberían predicar al aire libre, en la esquina de esta o aquella calle, en el mercado o en la playa (Jon.3:4); o si eran invitados a hacerlo, en la sinagoga. Por la respuesta a su predicación no sería difícil determinar quiénes entre sus oyentes eran dignos o “merecedores” de proveer la hospitalidad a los portadores de las buenas nuevas. Podría tratarse de personas que esperaban “la consolación de Israel” (Luc. 2:25) o “la redención de Jerusalén” (Luc. 2:38), dos objetivos de los oyentes que casi nunca se toman en cuenta en la predicación del evangelio. Hoy en día también podríamos aplicarlos a la Iglesia de Cristo, que se encuentra en una gran confusión bíblica, por la gran cantidad de doctrinas del diablo y de hombre que han empañado la sana enseñanza del evangelio (usted sabe a lo que nos estamos refiriendo, ya que la distorsión de estas condiciones hoy por parte de los “enviados y supuestos apóstoles de este siglo” han provocado ayudados de la misma gente que los oye). Se espera que tales personas se regocijarían en la oportunidad de dar hospitalidad a los mensajeros de Dios. Encontrando el hogar adecuado, los discípulos debían considerarlo su base de operaciones hasta que dejaran ese pueblo para irse a otro lugar. Así, como ellos iban a viajar de dos en dos, el privilegio de ayudar a la causa del evangelio de este modo podría extenderse a varias personas. Que hermoso es recordar las condiciones que Jesús les da a los primeros enviados y como debían ellos analizar en la situación en que se encontrarían, siempre con el fin de no perder el foco de su misión evangelística. Amén! REFLEXION PRACTICA : Sigamos estos consejos hoy y veremos lo que Dios hará. Ya que muchos buscan soluciones para sus ministerios en sus propias estrategias, economías y finanzas del mundo, no dejando que Él lo haga y use a quien está preparado para ese propósito.

V.12-15) Que importante es un saludo inicial. Habiéndose establecido en los hogares de quienes eran dignos, ahora los apóstoles deben ir de casa en casa llevando el evangelio. Cuando entran en cualquier hogar deben pronunciar su saludo sobre él. Usarán, según la costumbre judía, la conocida fórmula “Paz a vosotros”. En aquel tiempo, como aún se usa hoy, éste era un saludo acostumbrado (Gén.43:23; Jue. 6:23; 19:20; 1° Sam. 25:6; 1°Cró.12:18; Sal. 122:8; Dan.4:1; 6:25; 10:19; Luc.10:5-; 24:36; Jn.20:19,21,26, 3°Juan 1:14-15). Sin embargo, hay una diferencia de acuerdo a quien lo pronuncia. En la boca de una persona que lo usa sin pensar, sólo puede ser una frase convencional. Entre amigos es indudablemente la expresión de un deseo sincero. Sin embargo, en este caso, y también en pasajes como Luc. 24:36; Jn.20:19, etc., es mucho más que un deseo. En el nombre de Quien los envía, estos apóstoles no solamente desean la paz, sino que en realidad la transmiten. Como en la bendición aarónica (Núm.6:24-26) el nombre de Jehová fue puesto sobre los hijos de Israel, de modo que resultaba bendición en la realidad, así ocurre aquí. La bendición especial era para los que por gracia eran dignos de recibirla por la fe, no para los demás. Si el hogar no era digno “que vuestra paz vuelva a vosotros”, dice Jesús, esto es, en ese caso no se otorgará bendición, ya que esto se conecta con la cuarta bienaventuranza estudiada en Mat.5:6.

Después de viajar por territorio pagano, los judíos tenían la costumbre de sacudirse el polvo de las sandalias y de sus vestidos antes de volver a entrar en la Tierra Santa. Tenían miedo de que de otro modo en su país objetos levíticos limpios fueran contaminados, por eso se sacudían la arena de sus pies. Así que, lo que Jesús está diciendo es que aun un lugar israelita, sea una casa o una ciudad, que se niega a aceptar el evangelio, se debe considerar inmundo, como si fuera tierra pagana, esto es tremendo y a la vez se debe considerar también en estos tiempos, en que la iglesia cree que todos están dispuestos a oír el evangelio, hoy los mensajeros son tan livianos y superficiales que llegan a practicar el universalismo (que todos somos hijos de Dios y que todos vamos al cielo), lo cual no ha sido, ni será así. 1°) Debemos ir donde el Espíritu de Dios nos envié; 2°) Debemos discernir por medio del mismo Espíritu Santo si los que están por oír son para el propósito de Dios, sino no debemos perder el tiempo, menos dejar una bendición. (Parece duro y no acorde al amor, pero recordemos que el amor de Dios es su justicia en acción, y Él sabe quienes son los que recibirán su mensaje, no hay pecado en no dar las perlas a los cerdos). Si Dios no nos manda, mejor no hacerlo humanamente.

Por eso el Señor termina estos versos con algo aún más fuerte. El centro de incredulidad debe recibir un tratamiento duro. Pablo y Bernabé hicieron exactamente eso cuando se organizó contra ellos una persecución en el distrito judío de Antioquía de Pisidia (Hch.13:50, 51). Una responsabilidad colosal, una pesada carga de culpa cae sobre tal lugar. Jesús dice que en el día del juicio el castigo que espera a la tierra de Sodoma y Gomorra, ejemplos clásicos de perversidad (Gén.13:13; 18:20; Judas 7) será más liviano que el que espera a la ciudad que rechaza el evangelio. La razón por qué esto es así se presenta claramente en Luc.12:47-48.  

CONCLUSION

Aparte de estar clarificando Jesús, que para la proclamación del reino de los cielos por el evangelio todo sería sustentado y provisto por Dios, usando a los creyentes verdaderos, también nos está enseñando que habría una oposición fuerte, en las personas, familias, casas, ciudades y aún países completos, que hoy también se ve y lo rechazan. No sólo en el mundo impío, sino también es posible que esto ocurra en medio de los mismos que se declaran pueblo de Dios. Desde ya hay un castigo mayor para aquellos que escuchando, sabiendo y quizás habiendo conocido la verdad, lo rechazan finalmente en sus vidas. Dios nos ayude, nos fortalezca y nos guíe como iglesia IBEP en estos tiempos, Él es suficiente. Amén!

APOYO ESTUDIO: IB MITEI

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