HABLADORES VERSUS HACEDORES

HABLADORES VERSUS HACEDORES

Lección: Mateo 7:21-23 Texto: Lucas 6:46

INTRODUCCION

Jesús había dicho a sus oyentes que estuvieran en guardia contra los falsos profetas, enseñadores y pastores de este siglo; aquellos que, mientras decían mentiras, pretendían estar diciendo la verdad. ¿Significa esto que si un hombre proclama la verdad, con ello demuestra que es un profeta verdadero? “No necesariamente”. En los siguientes versos (21 al 23 y luego del 24 al 27 pero en forma inversa), nos dejará mucho más claro lo que pasa y ocurrirá en el juicio final, que con la expresión “en aquel día” es a lo que hará referencia. Por otro lado, se obversa que este gran Sermón del Monte, también está llegando a su conclusión.

DESARROLLO

V.21> Un hombre que dice la verdad pero actúa en forma mentirosa es también en un sentido un falso profeta. Así que toda persona debe examinar no solamente a su prójimo, sino también su mismo proceder. Como ya se ha mostrado, el “fruto” que indica si el hombre es digno de confianza o indigno de ella se relaciona no solamente con la doctrina sino también con la vida. La ortodoxia (doctrina correcta) no implica una ortopraxia (correcta acción), así como tener o conocer la ética de Dios (Leyes divinas) no implica tener una moral aprobada (Cumplir la Ley).  Así, con esta fuerza enorme y potente, el mensaje llega hasta lo más profundo de todo corazón que lo escucha, hoy nos toca a nosotros oír estas palabras. Lo que sale de labios mentirosos no está en concordancia con los hechos de la vida. La exclamación “Señor, Señor,” ha sido engañosa. En aquel día (Juicio Final) se presentarán así delante de Dios, con esas palabras, sin embargo, en su vida anterior (aquí en la tierra), por sus acciones, Él sabrá que habían estado reclamando su propio señorío sobre sí mismos (Mal. 1:6; Luc. 6:46). En aquel día, se darán cuenta que pese al “éxito” logrado aquí en la tierra con sus engaños (hacia los hombres y hermanos en la iglesia), estando frente al Juez, eso es y será imposible, quedarán excluidos del reino de los cielos, así de claro y simple para Jesús “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos”. Seguimos notando que no se está refiriendo a los verdaderos cristianos, los salvados, si no a los falsos, los que nunca se ajustaron a la ley de Dios. Lo que nos lleva también al orden correcto de la salvación para todos los hombres, es decir, no sólo debemos ser justificados por la fe (“en” Jesucristo), si no también debemos santificarnos ahora que hemos sido adoptados como sus verdaderos hijos y herederos del reino (Recuerde las bienaventuranzas). Solo entrarán los que hacen la VOLUNTAD de mi Padre que está en los cielos. En lo simple hacer la voluntad del Padre es practicar su Palabra , Su Ley y cumplirla en nuestras vidas. Aquí la palabra “voluntad” en el griego es θέλημα dsélema de la forma prolongado del Hebreo deleitarse en; preferir, desear, gustar, gusto. Llegando a una determinación (propiamente la cosa), (activamente) elección, alternativa (específicamente propósito, decreto; abstractamente voluntad) o (pasivamente) inclinación, querer, voluntad, agradar. La lección es clara: ¡que cada uno se examine a sí mismo! Lo que hace que la introspección sea importante es que habrá muchos “habladores” que no han sido “hacedores”. Jesús dice que no han practicado la voluntad de “mi Padre …” ¿Cuál será la voluntad del Señor entonces? Veamos 1°Tes.4:3a  Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación” y siga leyendo.

V.22> Pero ellos dirán con temor, pavor y a la vez reverencia, antes de llegar a esta crisis de profunda desesperaciónSeñor, Señor..” diferente a la expresión anterior de justificación propia; que en “tu” nombre profetizaron, echaron fuera demonios y realizaron muchos milagros. Lo cual nos lleva a comprender bíblicamente que existen falsas profecías, falsas liberaciones y milagros provocados por el diablo, que engaña (presente) al mundo entero (Lea Apo.12:9).

Le dicen “en tu nombre”, como si la fuente de su predicación y de sus poderes de obrar milagros hubiera sido una genuinamente íntima y consciente unión con Cristo, aún en ese momento siguen engañando, degradando ese mismo nombre al usarlo como una especie de fórmula mágica. Pero ahora apelan al uso que antes hacían de él, con la esperanza desesperada de poder aún demostrar que sus palabras y obras de antes eran para glorificar a Dios, y para ver si aun ahora esas palabras pudieran darles un lugar en el reino de los cielos, similar a las vírgenes de Mateo 25:11, 12.

Jesús no niega la pretensión de que ciertamente ellos se habían presentado a sí mismos como sus embajadores y que en conexión con la invocación de su nombre ellos ciertamente habían ejecutado obras asombrosas. La pregunta que surge es: “¿Eran estas obras producto genuino de un poder sobrenatural, o eran fraudulentas?” 2° Tes.2:9-10; Apo.13:13-14. enseña que en relación con la venida del “sin ley”, habrá una poderosa demostración de poder, señales y maravillas, todas ellas falsas. Como muchos lo han intentado hacer (Veamos Ex. 7:22; 8:7, 18, 19; Hch.19:13-14). Esto está en consonancia con  el deseo de la gente que quiere ver cosas, acuñando la frase Populus vult decipi (“la gente desea ser engañada”). Sin embargo, todo esto no debe cegarnos en cuanto al hecho de que, por permiso de Dios, Satanás a veces ejerce influencia sobre el reino de lo físico (así como en el de lo espiritual), como se desprende claramente del libro de Job (1:12; 2:6, 7). ¿No es posible que los magos de Egipto hubieran podido transformar varas en serpientes por el poder de Dios o por permiso divino (Éxo. 7:11, 12a)? Sin embargo, nótese que en cada uno de los casos-el relatado en el libro de Job y el descrito en Éxodo- el resultado fue victoria para el Señor y para su pueblo (Éxo. 7:12b; Job 19:23-27; 42:5, 6).

V.23> Este verso termina con una lección clara. Como hemos visto en todo el evangelio de Mateo y en realidad en toda la Biblia, el aspecto legal que resuelve Cristo Jesús por nosotros nos lleva ahora a nosotros a estar siempre en su Ley para ser verdaderamente sus discípulos (Juan 15:9-10). La negación que hará el Señor en aquel día no es algo caprichoso, del momento o sólo en aquel minuto. La verdad es que los falsos nunca fueron de Cristo, nunca estuvieron “en” Cristo, en Su Ley, será Él quien les protestará o declarará “nunca os conocí”. Y serán apartados de Él por toda la eternidad. La razón por la que los hombres descritos aquí son condenados no es que su predicación haya sido errónea, o sus milagros espúreos, o ambas cosas, sino que no habían practicado lo que predicaban. Así de delicado es el tema de los dos aspectos de la salvación (Legal y Moral).  Nunca”, esto es, ni siquiera un momento. ¿Qué es lo que Jesús quiere decir cuando dice: “Nunca os he conocido”? Hay un conocimiento de la mente. Por medio de Jn. 1:47, 49; 2:24, 25; 21:17 es claro que en conformidad con su naturaleza divina Jesús poseía este conocimiento en un grado ilimitado. Fue exactamente porque conocía demasiado bien a los falsos profetas que estaba plenamente justificado al condenarlos. Sin embargo, también hay un conocimiento del corazón, esto es, del amor que elige, de aceptación, amistad y comunión (Amós 3:2; Nah. 1:7; Jn. 10:14; 1° Cor. 8:3; Gál. 4:9; y 2° Tim. 2:19). La conexión deja en claro que nuestro pasaje se refiere a este tipo de conocimiento. Los falsos profetas hablan como si Jesús hubiera sido su amigo. Jesús habla como si les respondiera: “Ni por un momento os he reconocido como míos, ni os he conocido como amigos”. Cuando ahora despide para siempre a los aborrecedores de la ley (literalmente, “obreros de iniquidad”, “obradores de la injusticia”, “no se ajustaron a la ley de Dios”, ya que MALDAD es “a-nomia” = “sin ley”, “ausencia de la ley”), los está condenando a la eterna destrucción, en cuerpo y alma, lejos de su presencia de amor (Mat. 25:46; Luc. 13:27, 28; 2° Tes. 1:9).

CONCLUSION

Jesús está exigiendo a los verdaderos, sus honores, él es el Señor de todo (Kurios), el dueño de los suyos, el “Hijo de Dios”, al decir “mi Padre”, Aquel ante quien todo el mundo, creyente o incrédulo, debe responder. Dios, por medio del Cordero Jesucristo, será el Juez (Apo. 20:11-15). Estos tres versos claramente son una continuación de los precedentes (lección anterior). Los falsos profetas, pastores y maestros de hoy, aunque usen el nombre de “Señor, Señor..” lo hacen engañosamente, ya que le debían toda honra y obediencia, la cual no hicieron. Por lo tanto, si usted y yo somos verdaderos hijos de Dios, esto no es para nosotros, Él ya nos conoce y usted a Él, desde aquí hasta ese momento y no nos hará la desconocida, sus juicios son perfectos siempre, por eso para Él es la honra, la gloria, el imperio y la majestad, por los siglos de los siglos. Amén!

APOYO ESTUDIO: IB MITEI

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