Lección: Mateo 1:1-17 Texto: Romanos 9:5
INTRODUCCION
Para los judíos el tema de la genealogía, siempre ha
sido algo relevante. El apóstol Mateo toma esta consideración y empieza
describiendo o trazándola desde Abraham hasta llegar a Jesús, el Mesías. Para
muchos de nosotros estos temas no son relevantes, ni siquiera nosotros sabemos
hacia atrás quienes fueron nuestros antepasados. Sin embargo, para los Israelitas,
de esto dependían muchos aspectos de su vida, tales como posesión de terrenos,
herencias, privilegios, cultura, comunión, reinados, etc. Un conocimiento
exacto del linaje era y es aún de gran trascendencia para ellos. Cuanto más para
identificar con exactitud a quien traería la redención de su pueblo y el mundo.
Plan perfecto que surge en la mente y corazón del Creador antes de la fundación
del mundo. Siendo así, es prioridad comprobar si pertenecemos a quienes
heredaremos las promesas de Dios en Cristo Jesús, y cómo el Eterno lo ejecuta
en forma perfecta en esta tierra, al formar un pueblo de donde nacería el Hijo
del hombre, el Mesías, el Rey de reyes, que perdonaría al hombre caído de
sus pecados, sólo por la fe en Él.
DESARROLLO
En el A.T
las genealogías son muchas y extensas (Vea Ref.1), para describir la veracidad
de Dios en sus planes eternos, aún desde la caída del primer hombre (Gén.3:15). Nadie pudo ni podrá cambiar este
programa divino de los siglos; individuos, imperios, reinos, estructuras o
sistemas religiosos. Siempre Dios se proveerá de alguien para recuperar a su
familia real.
Más tarde, cuando
comienza el período de elección y selección de Él entre los hombres, toma a uno
de la tierra de Ur de los caldeos, para formar a su pueblo Israel. Con quién
pactaría (Gén.12:1-3, 22:18) y de
quién nacería el redentor de su pueblo y de la humanidad. Entre tanto Israel se
desarrollaba y cumplía con su ley y ordenanzas todo andaría bien. Aún cuando
falló en todo y fueron a cautiverio, Él estaba atento y en control. Por eso
para los judíos el tema de su linaje era y es importante. Veamos lo siguiente :
Después de la conquista de Canaán esto era importante para determinar el lugar de
residencia de la familia, porque, por ley divina, la ocupación de la tierra
debía hacerse según las tribus, las familias y las casas de los padres (Núm.
26:52–56; 33:54). Si uno se establecía en un territorio distinto del propio,
podía ser llamado tránsfuga
(desertor, fugitivo, Jueces 12:4). Bajo ciertas circunstancias la transferencia
de una propiedad exigía un conocimiento exacto del linaje (Rut 3:9, 12, 13;
4:1–10). Más tarde, en Judá la sucesión real estaba vinculada con el linaje
de David (1° Rey. 11:36; 15:4). Al volver de Babilonia, una persona que
pretendía tener prerrogativas sacerdotales tenía que demostrar su linaje
sacerdotal. De otro modo quedaba excluido del oficio (Esd.2:62). En el comienzo
de la nueva dispensación, el cumplimiento del deber en conexión con el registro
general o empadronamiento descrito en Luc.2:1–4 requería el conocimiento de la
lista genealógica. Por eso, Mateo escribe el v.1 como título a este capítulo y
el resto del libro inclusive, de quién hablará, nada más ni nada menos de
Jesucristo y de lo que su nombre implica: el Salvador ungido
divinamente, quien era y es el cumplimiento de la profecía, el heredero
legítimo del trono de David (2° Sam. 7:12,
13) y, yendo más atrás, la verdadera simiente de Abraham.(Gál.3:16)
V. 1 “Libro de la genealogía
de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.”
: se llama a Jesucristo “hijo de David” (que está en el v. 6). Esta expresión
reaparece en el v.20, donde se aplica a José el “padre” de Jesús (Luc.2:48).
Pero nótese la forma tan cuidadosa en que se describe en el v.16 la relación de
José con Jesús. Por este versículo es evidente que el evangelista está
impidiendo la posibilidad de que el lector pueda pensar que José es el padre
físico de Cristo. Lo que está implicando en esta genealogía ya es que aunque
María era por cierto la madre de Jesús, José era su padre, no en el sentido
natural sino en el legal solamente. A este encabezamiento (v.1) se le llama biblos
geneseos de Jesucristo, La palabra biblos (cf. Biblia) puede
referirse a un libro y La palabra siguiente geneseos, es el genitivo de
la palabra que para todo lector es familiar, esto es, génesis; cuando se
escribe con mayúscula, Génesis se refiere al libro bíblico “de los principios”.
Toda la expresión biblos geneseos significa, por lo tanto, registro del
principio, o del origen o de los antepasados.
¿De quién?
De Jescucristo
: Nuestra palabra castellana Jesús es realmente una palabra latina que
viene de la muy semejante palabra griega Iesous. Esta, a su vez, es la
forma helenizada del nombre hebreo Jeshua, forma abreviada de Jehoshua
(Jos. 1:1; Zac. 3:1). Esta última forma significa Yahwe salva o Jehová es
salvación. En la forma abreviada Jeshua el énfasis está en el verbo, es decir
él ciertamente salvará. Esto nos recuerda más adelante en Mat. 1:21. Debemos
añadir al nombre personal Jesús el nombre
oficial Cristo. Es la palabra griega equivalente a Mesías del hebreo.
Indica que Aquel a quien se refiere fue ungido por el Espíritu de Dios
(y por lo tanto, ordenado, apartado y habilitado) para llevar a cabo la tarea
de salvar a su pueblo. Cf. Isa. 61:1; Luc.4:18; Heb.1:9. Fue ungido para
ser nuestro principal profeta (Deu.18:15; Isa.55:4; Hch.3:22; 7:37); único
sumo sacerdote (Sal. 110:4; Heb.10:12, 14); y rey eterno (Sal. 2:6;
Zac. 9:9; Mat.21:5; 28:18; Luc.1:33). Desde luego, los nombres Jesús y Cristo,
en la forma que se usan aquí, van juntos. Constituyen realmente un solo y
glorioso nombre dado a nuestro Salvador.
Ahora, ¿ porque
hijo de Abraham ? Porque a Abraham fueron realizadas las promesas, pero en
David la familia de Abraham alcanzó la realeza (nótese v. 6a: “el rey David”).
En la deportación a Babilonia se perdió este poder real. En Cristo es
restaurado, sólo que en un sentido mucho más glorioso y amplio aún.
Versos 2 al
17 se desarrolla lo que indicó el título, ya estudiado, en el verso 1. Estos
versos se denominan “los tres catorce”, donde Jesús es el clímax.
Adjuntamos un cuadro en la Ref.2 para su comprensión y visualización bíblica
con respaldo, no para memorizar, sino para ver la perfección de Dios en esto,
ya que el número 7 (perfección de Dios), se puede descomponer en 3 y 4 donde
para el judío tanto el tres, usado simbólicamente, indica lo que tiene
comienzo, medio y final, y por lo tanto, está completo. El cuatro, usado
simbólicamente, se refiere a veces a la plenitud de la tierra o el cielo, o de
ambos, con sus cuatro vientos (Jer. 49:36; Dan. 8:8; 11:4; Zac. 2:6; Mr. 13:27;
Ap. 7:1).
Ahora bien, si
tres o cuatro, separadamente, pueden expresar plenitud, su suma, siete, cuando
se usa figurativamente, lleva el mismo sentido en forma no menos enfática. En
efecto, no solamente los judíos atribuían un sentido especial a este número, ni
sólo la cultura semita en general, sino también los antiguos egipcios, los
griegos y los germanos. Todos ellos reconocían los períodos de siete días de
las cuatro fases de la luna.
En la
Escritura el siete frecuentemente indica la totalidad ordenada por Dios.
Catorce, que es dos veces siete, también lleva esta idea. Y lo mismo tres veces
catorce = cuarenta y dos. Esto equivale a seis sietes, e inmediatamente
introduce el séptimo siete, la plenitud redoblada, la perfección. Aquí aparece
la palabra generación por primera vez en Mateo. Es una etapa en la sucesión de
descendencia natural, un “conjunto” de antepasados.
Sería muy
extenso para ir verso a verso y seguir mostrando esa perfección en todo. Por lo
cual resumiremos que nada ni nadie podrá destruir los argumentos reales de la persona
de Jesucristo. Lo han intentado desde siempre, para desacreditar su origen ,
existencia y divinidad, pero Mateo lo deja muy claro y lo seguirá reforzando en
las siguientes versos de este mismo capítulo.
Referencias
para leer secuencialmente : Deu.10:11; Isa.11:1;
Rom.1:3; Juan 4:25;, Luc.1:27; Luc.2:48;
Luc.3:23; Luc.4:22; 1°Juan 5:20.
CONCLUSION
Mateo inspirado
por el Espíritu de Dios comienza el primero de los evangelios con el más grande
de los títulos en el biblos genesos, que el mismo Dios desarrolla y
ejecuta desde Abraham hasta Jesús, en los tres catorce perfectamente,
para dar la génesis a la historia más grande jamás contada, donde se encuentran
lo nuevo y lo antiguo, en quien es el Alfa y la Omega, el principio y el fin,
el corazón y centro de todo. Sin él no hay salvación. El es el Mesías,
verdadero antitipo de David, en el curso de la historia de la redención, como
se simboliza aquí en estas tres grandes etapas, se estaba realizando
perfectamente el plan de Dios trazado desde la eternidad a favor de esta
humanidad.
Puntualmente:
1. La jactancia judaica en cuanto
a la descendencia de Abraham, se convierte en un injustificable gloriarse en la
carne. Es necio e impío. Israel no tiene razón alguna para enorgullecerse de
sí. La salvación no es de abajo, del hombre; es de arriba, de Dios.
2. Jesús es ciertamente Aquel que
fue largamente esperado, enviado por Dios para la redención del hombre, porque
es él quien cumple la profecía acerca del humilde origen del Mesías.
3. Este Jesucristo es el Salvador del mundo (Juan. 3:16; 4:42), no solamente de los judíos. Ciertamente hay amplitud en la misericordia de Dios. Los que fueron destinados a salvación fueron tomados de toda nación.
Ref.1 : Genealogías del A.T. : Gén.5, 10, 11, 22, 25, 29, 30, 35, 46; Exo.6; Núm. 1, 2, 7, 10, 13, 26, 34; Jos. 7, 13; Rut. 4; 1° Sam.1, 14; 2° Sam. 3, 5, 23; 1° Rey. 4; 1° Cro.1–9, 11, 12, 15, 23–27; 2° Cro.23, 29; Esd.2, 7, 8, 10; Neh.3, 7, 10, 11, 12.
APOYO ESTUDIO: IB MITEI.