Lección: Mateo 11:20-24 Texto: Salmos 81:13
INTRODUCCION
Dios es eterno, por lo cual no existe la
muerte para Él, nunca estuvo en su mente, espíritu, ni esencia, Él es vida, Él
es amor, por su perfecta justicia. Sin embargo, a sus criaturas, tanto angélicas
como para el hombre (ser viviente, Gén.2:7), les da la libertad de escoger
frente a su existencia. Un grupo de ángeles (un tercio) se rebeló en los cielos
y después que Adán quebranta Su Ley, comiendo del árbol del bien y del mal, eligiendo
la maldición, la separación con Él, obteniendo la muerte espiritual y física,
todos nosotros quedamos en esa misma condición espiritual y avanzamos a la muerte
física. Por esta razón existe la Biblia y el evangelio de Mateo, para enseñar
al hombre la perfección de Dios en todo y el poder de Él (evangelio) para
salvarnos y así volver a lo original, sólo a través de Jesucristo. Esto usted
ya lo sabe, sólo que es necesario reforzar todo lo que Jesús dice, no sólo lo
lindo, los milagros, las bondades, sino también oír sus advertencias, para no
llegar al Juicio final ya condenados a la segunda muerte del alma. Finalmente
ninguna rebelión contra Él en los cielos o en la tierra tuvo o tendrá efecto en
la perfección de Dios.
DESARROLLO
V.20-21) El “entonces” siempre
denotará una condición de tiempo siguiente a un evento, en este caso, no sabemos
si al final o habiendo pasado ya la mitad de su ministerio, habiéndose ubicado
en su centro de operaciones (Mat.4:13), la ciudad de Capernaum, Jesús enseñaba,
predicaba y hacia muchos milagros en todas las ciudades de alrededor. Eso ya lo
sabemos por el estudio y la claridad del evangelio de Mateo que hemos venido profundizando.
Lo que no alcanzamos a a cuantificar o decir a ciencia cierta, si todos los que
le oyen, ven y reciben estos portentos de Dios, se han arrepentido, lo han
aceptado como Su Mesías, o sólo se han aprovechado del momento, de su presencia
o misericordia mostrada (Aparte de reprender duramente a los de su pueblo
previamente – fariseos y saduceos). Desde aquí comenzaremos a oír lo que el
Maestro dice de las ciudades, grupos y personas que le escuchan, reciben su
favor y no se arrepienten genuinamente. Ahora, el verbo “reprender”,”reconvenir”,“reprochar”
es el griego oneidízo
aquí usado. Diferente del que se usa con la misma palabra griega en Mat.5:11,
donde se traduce “vituperar”. Allá tenía el sentido de una acción
injustificable, la de amontonar insultos sobre los discípulos de Cristo; aquí
indica la justificada denuncia del Señor contra quienes se han endurecido en el
pecado. Jesús “reprendió” a las ciudades, usando una figura literaria donde se
dirige a sus habitantes, usando los nombres de las ciudades. Sus obras debieran
haberlos hecho reflexionar sobre sus caminos y haberlos hecho volverse a Dios
verdaderamente arrepentidos por el pecado, pero ese no había sido el efecto (Apo. 9:20-21). El verso 21, parte con un “ay”
para Corazín y Betsaida que probablemente estaban muy cerca de
Capernaum (v.23). Las ruinas de la actual Kerazeh, al noroeste del Mar de
Galilea, y unos cuatro kilómetros al norte de lo que era Capernaum, es todo lo
que queda de la antigua Corazín. La Betsaida aquí mencionada podría ser
Betsaida Julia, situada exactamente al sureste del punto en que el río Jordán
desemboca en el Mar de Galilea desde el norte, o también la otra Betsaida,
situada más cerca, ubicada en la llanura de Genesaret (Mar. 6:53), que se
extiende hacia el noroeste desde el Mar de Galilea. Este era el pueblo de
Felipe, el lugar de donde eran originarios Andrés y Pedro (Jn.1:44). Ambos
pueblos habían sido testigos de los milagros todopoderosos de Jesús, por esto
declara que si esas obras hechas en las dos ciudades mencionadas hubieran sido
hechas en Tiro y Sidón, estas ciudades fenicias, situadas más al
norte en la costa oriental del Mediterráneo, se habrían arrepentido
mucho antes. Sin embargo, de Isa.23 y Eze.26-28 (Capítulos que después puede
leer), uno recibe la impresión definitiva de que los navegantes comerciales y
los colonizadores que habitaban estas ciudades eran orgullosos, codiciosos de
dinero y crueles. Amós denunció a los tirios por vender a israelitas como
esclavos a Edom (Am.1:9). Los fenicios también vendían a los “hijos de Judá y a
los hijos de Jerusalén” a los griegos. En la descripción de la presuntuosa,
codiciosa de placeres y arrogante “Babilonia” de Apo.17-19, hay mucho que trae
a la mente a la pagana Tiro, centro de maldad y seducción. Así que, la
afirmación de que si Tiro y Sidón hubieran sido favorecidas de un modo similar
que Corazín y Betsaida, la gente de esas ciudades fenicias se habrían
arrepentido hace ya largo tiempo muestra con qué repulsión mira el Señor a
quienes fueron más altamente privilegiados pero que han permanecido
impenitentes. El “ay” pronunciado contra ellas equivale a una
maldición.
Tiro y Sidón se habrían
arrepentido “en saco y ceniza”, termina diciendo Jesús. [Cilicio en hebreo = sak,
en griego se usó sákkos = «saco», silicio (el material o vestidos hechos
con él, usado como señal de aflicción). Dicc.Strocg ] Puesto que el material
con que se hacía el saco era una tela rústica de color oscuro (“negro como tela
de cilicio”, Apo. 6:12), era especialmente adecuado como símbolo de dolor. El
saco usado por los dolientes era realmente una especie de camisa con aberturas
para el cuello y los brazos, cortada por delante y puesta sobre la espalda.
Podía usarse sobre una ropa interior (Jon. 3:6)
o directamente sobre la piel (Job 16:15; Isa.32:11).
Esta referencia simbólica al pesar se ve enfatizada por la adición de las
“cenizas”. Conclusión : estas ciudades se arrepintieron y no fueron rebeldes
como lo estaban siendo las que Jesús visitaba. REFLEXION PRACTICA : Cómo
respondemos nosotros hoy al mensaje, milagro, respuesta de Jesús en nuestras
vidas. No debemos ser como esas ciudades rebeldes, ya que para ellas hay un ay
de Dios.
V.22-24) En el Juicio de Dios para las ciudades rebeldes
les espera condenación (sus habitantes). Incluso a Capernaum, que fue la
base de operaciones del Mesías, esta descenderá hasta el hades [Gr.hades
propiamente no visto, i.e. «Hades» o el lugar (estado) de
las almas que han partido:- Hades, sepulcro. Dicc.Strong]. La población
de esta ciudad había permanecido pecando, incorregible, a pesar de todo el
trabajo de amor que Jesús les había entregado. Es por esta razón que con estas palabras
(en forma de pregunta) que hacen recordar a Isa.14:13,
15, donde el rey de Babilonia se
presenta jactándose de que subirá al cielo, y entonces se le describe como realmente
descenderá a lo más profundo del Seol. (Lo mismo que realizó satanás en los
cielos y ya sabemos el resultado Eze.28:12-19).
De verdad lo que Jesús está diciendo es fuerte para los rebeldes, a los que
rechazan, su mensaje; el cual es verdadero. “Al Hades descenderás”. Gramaticalmente
la posición de la palabra Hades (antes del verbo) en esta respuesta, hace aun
enfática predicción llena de maldición, esta intención de énfasis se pierde en
muchas de las traducciones. Aquí, como en Lucas
10:15, y probablemente en todo los Evangelios, pero no en todo el
Nuevo Testamento, Hades significa “infierno”. Vea cómo se pone en agudo
contraste con “cielo”. El Hades aquí es el lugar de tormentos y de llamas (Luc.16:23-24, Mat. 16:18). Es claro que la
completa ruina aquí predicha para el pueblo de Capernaum también implicaba la
destrucción de la ciudad. Igualmente, el castigo que visitó a la población de
Sodoma y Gomorra incluyó la pérdida de las ciudades de ellos (2°Ped.2:4-6). Sin embargo, en ambos casos lo
primario es la maldición sobre la población, la gente. La destrucción de la
ciudad es un resultado del pecado de la gente y no viceversa. De un modo
similar al encontrado en los versos 21 y 22, de modo que no es necesaria más
explicación, Jesús concluye el párrafo diciendo: porque si las obras poderosas
hechas en ti hubieran sido hechas en Sodoma, ella habría permanecido hasta hoy.
Pero os digo que para la tierra de Sodoma será más tolerable en el día del
juicio que para ti.
CONCLUSION
No sólo debemos oír las lindas palabras de Jesús
que nos proveen de salvación eterna, sino también atender a estas, donde la
rebeldía, orgullo, soberbia, arrogancia, pecaminosidad, rechazo, falsedad,
carnalidad, independencia, etc. no permiten al oyente arrepentirse en su vida
(cambio de dirección). El cielo es real y el infierno también. Este cumplirá su
función para lo cual fue creado (Mat.25:41,
Apo.20:10), preparado para el diablo y sus ángeles, incluirá a todas
las rebeldes criaturas humanas que lo rechacen o después de haber oído el mensaje
no creyeron y siguieron sus vidas no obedeciendo a los mandamientos de Dios. Él
sea muy glorificado siempre, ya que en otro estudio podemos ver que hasta el
infierno es parte del amor de Dios que es su Justicia, es el elemento necesario
para que su perfección y sólo su reino permanezca para siempre. Debemos dejar hoy
nuestra rebeldía. Amén!
APOYO ESTUDIO: IB MITEI